Opinión

Albert Cano

Fiebre electoral

Los cien días de agitación política que se avecinan

Lo que los independentistas dieron, los independentistas lo quitaron. El veto de los secesionistas catalanes a los Presupuestos formulados por el gobierno socialista de Pedro Sánchez abocó la legislatura a su fin. Tras la decisión del presidente del Gobierno de adelantar las elecciones generales para el próximo 28 de abril, se avecinan 100 días de gran agitación política y electoral, ya que cuatro semanas después de las legislativas habrá municipales, autonómicas en 13 comunidades y europeas. Todo ello, mientras en el Tribunal Supremo se dirime el juicio a los líderes independentistas del referéndum de octubre de 2017.

Hasta ahora, las encuestas de los medios (lo de3l CIS es una broma) apuntan a un ascenso del PSOE y de la extrema derecha de Vox, un estancamiento del PP de Pablo Casado (que aspira a reeditar el pacto andaluz en Madrid), bajada de Podemos y descenso de las expectativas de los Ciudadanos de Albert Rivera. Probablemente, es quién puede tener una campaña más difícil: mientras Sánchez le recordará constantemente su foto en Colón con Santiago Abascal, líder de Vox, esta formación y el PP advertirán al electorado por el que compiten que Ciudadanos podría tener la tentación de pactar con Sánchez (opción que sería bien vista por los poderes económicos y mediáticos de Madrid).

En el terreno de la izquierda, las cosas son más complicadas: las posibles ganancias electorales de Sánchez no compensarán las pérdidas de un Podemos con enfrentamiento interno y que carece del empuje que les aupó a alcaldías importantes, hace cuatro años. Con un añadido: teniendo en cuenta que es difícil que PSOE y Podemos sumen mayoría, tanto Sánchez como Iglesias saben ya que no podrán reeditar la suma de la moción de censura si no se avienen a negociar la autodeterminación con los independentistas.

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