Tienen razón en quejarse los sindicatos. Hubo tiempo para la contrarreforma laboral que se prometió, pero el Gobierno de Pedro Sánchez prefirió prestar más atención a los independentistas catalanes y a los Presupuestos Generales del Estado. No era tan difícil la derogación de la ley marianista, contaba con los apoyos suficientes en el Congreso para salir adelante, incluso sin los votos de los nacionalistas, a donde la izquierda española se arrima de forma equivocada. La izquierda es internacionalista, no nacionalista. Los sindicatos alternativos piden ahora movilizaciones contra la extrema derecha. Pero se olvidan de que la verdadera movilización está en las urnas. Fue ahí donde la extrema derecha renació en Andalucía para España. Por alguna razón gente de centro se arrimó a ese extremo que ahora sale en la foto con Pablo Casado.