El domingo pasado quedé con el bodeguero Justo Casado para tomar el aperitivo en el Aveleira, un "furancho con inquietudes" según dice su director general, Josiño Ortega, sito en esa calle Aveleira donde antes trabajaban no pocas señoras de la vida y ahora solo unas cuantas. Cuando llama a la pulpeira aumenta la gente, y ante ayer no se cabía de buena gente y buen rollo. Justo Casado es un viejo amigo que anduvo en la lucha contra Franco, después trabajó para grandes eventos culturales en la mejor época del PSOE y por fin cumplió un viejo sueño: dedicarse al vino con exigencia y pasión, y ahí está su Dominio del Cuco, elaborado en la Ribera del Duero y en su Curiel de Duero, cuya crianza la realiza en una bodega excavada a pico y pala hace más de 300 años en el pétreo y altivo cerro que sustenta el Castillo de Doña Berenguela. En el Aveleira abrimos una botella de 2010 de Dominio del Cuco cuyo interior parecía un pozo de cultura, y quedamos si "encarta la cosa" (así dice él) para comer en febrero en sus bodegas vallisoletanas con Ian Gibson y el padre del Pablo Iglesias de Podemos, Julio Iglesias, al que fíjate tú, conoció en el Carabanchel de 1973, encarcelados los dos por ser rebeldes a Franco. Hombre cordial este Justo, que me dejó una botella de su Dominio del Cuco Haiku, un 2010 glorioso que también tomamos el domingo.

Cuba no fue flor de un día

Cuando los Barbudos (con Fidel) entraron en La Habana entre vítores y congas tronadoras, editorialistas venerables de Europa y América dijeron que la Revolución sería flor de un día. Como Cuba celebra ahora el 60 aniversario del histórico ciclón, Ángeles Diez, profesora de sociología de la Universidad Autónoma de Madrid se atreve a explicar no sólo por qué duraron las flores mucho más de lo anunciado por aquellas doctas calvas, sino también por qué las plantas de los barbudos saltaron a otros balcones de América y del resto del mundo. La conferencia se titula Cuba, 60 anos de Revolución y será hoy martes 22, en el antiguo rectorado a las 19.45 horas. De la presentación y de dirigir el coloquio, se encargará Xacinto Barreiro, profesor de Literatura, entrenador de fútbol y comentarista deportivo. La convocatoria es de la Asociación de Amizade Galego-Cubana Francisco Villamil. Amén, así sea.

La Alhambra, Camacho y Aloia

Yo escribo esto mientras oigo la grabación que me ha enviado el que fue director del Conservatorio de Vigo, compositor y guitarrólogo (me invento la palabra) Tomás Camacho. Es un arreglo y composición que hizo de la maravillosa obra de Francisco Tárrega, "Recuerdos de la Alhambra", aderezada con bellos dibujos de su admirado y querido José Luis de Dios, amablemente cedidos por su amigo Mani Moretón. Y con versos del divino Lorca, estupendamente recitados por Gaël, y una 2ª melodía de la autoría de Camacho. Yo me imagino a Tomás componiendo en su casa, a los pies del monte Aloia de Tui, que ha conocido a lo largo de su historia usos defensivos, religiosos, forestales y recreativos, pero también musicales si se cuentan la música que Camacho allí ha compuesto.