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Santiago Lago Peñas.

Sobre los PGE-2019 para Galicia

No es la primera vez que lo escribo, pero toca repetir. La cifra global de inversión territorializada en un año concreto tiene un valor relativo. Al menos por dos motivos.

El primero es que una cosa es lo que se presupuesta y otra lo que se ejecuta. Lamentablemente el debate público se centra mucho más en lo primero que en lo segundo.

El segundo es que la inversión importa, sobre todo, porque es la que permite que las dotaciones de infraestructuras de un territorio mejoren y avancen. Por eso, es más interesante contemplar la evolución de la dotación de infraestructuras reales que la inversión en euros presupestada en un año. Y en este sentido, no hay duda de que Galicia ha sido una de las Comunidades Autónomas en las que más se ha hecho en los últimos 12 años. Por eso, hoy Galicia atesora cerca del 8% del capital público invertido en infraestructuras en España, para una población y una superficie que no llegan al 6% del total de España y un PIB que se sitúa ligeramente por encima del 5%.

Por supuesto, lo anterior es compatible con reclamar. En primer lugar, para que Galicia tenga un buen encaje en los mapas futuros de infraestructuras. La reclamación del corredor ferroviario de mercancías es el mejor ejemplo en estos momentos. En segundo lugar, para que se cumplan los objetivos a tiempo, como la llegada del AVE.

Por todo lo anterior, creo que las reacciones desde Galicia sobre los PGE-2019 deberían centrarse no tanto en indignarse por la cifra agregada de inversión presupuestada como en la identificación de los proyectos infradotados para poder cumplir con promesas o compromisos, sea en infraestructuras de transporte, depuradoras o infraestructuras culturales. Lo que necesitamos es un trabajo de evaluación individualizada y rigurosa de actuaciones. A ello deberíamos ponernos.

*Director de GEN (Universidad de Vigo)

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