El empate cosechado ayer por el Domaio en Portonovo pasará a los libros de historia del fútbol local. Con un solo suplente, sufre una lesión en el calentamiento. El portero Pesqueira tiene que jugar en la medular y el equipo no se puede permitir cambios. Encaja un gol en la primera jugada, empata de gol olímpico y el meta de los moañeses detiene un penalti. A la historia del partido se le suma que el Domaio había acudido a la cita sin petos y sin las fichas de los jugadores por un despiste. Y pese a todos estos condicionantes y a jugar en casa del líder, el Domaio cuajó uno de los mejores encuentros de la temporada. La verdad es que los jugadores firmarían seguir con estos problemas cada domingo si suman puntos y pueden salir del descenso.