Que el colegio santiagués, al que se refiere la denuncia de la CIG compostelana, pueda estar tambaleándose no tiene ningún tipo de discusión porque si el profesorado no cobra y el responsable no paga, llegará el momento en que "reventará" todo, como es natural. Claro que, según la misma nota el alumnado se reduce a 40 estudiantes y, acomodar cuarenta chicos y chicas en otros centros de Santiago, no será demasiado complicado. Eso sí, a ver cómo quedarían los trabajadores que ni contrato tienen e incluso están sin asegurar (siempre según la CIG). Y no es que quiera yo trasladar tan crudo problema a Marín pero los huracanes empiezan por un tubito de viento que se enrosca sobre sí mismo y acaba destrozándolo todo en kilómetros. Y cabe preguntarse si la Xunta de Galicia por medio de la Delegación o la Inspección educativas, que ya saben de la historia, a la vista de este panorama, dispondrá de alguna previsión de futuro para este centro. Y ya no por el centro en sí, sino por los cientos de alumnos que allí estudian y el medio centenar de profesionales que trabajan, en el hipotético caso de que haya "contagio", cosa nada difícil, caso para el que la autoridad autonómica deberá tener, desde ya, una visión clara de futuro. Espero y deseo que la sangre no llegue al río porque Marín no puede perder una institución como el Colegio San Narciso que tantas páginas ha ocupado en la historia de nuestro municipio.

DOS: "SAN NARCISO"