Sería deseable que el acceso libre a los contenidos de los asuntos que se debaten en las redes sociales fuese el camino para que todos los implicados en el problema (de la que se dice escasez de profesionales de la pesca para enrolarse en barcos que la practican) pudieran enterarse de qué va esta marejada a fuerte marejada que se vive en el sector.

Se habla de la inexistencia de tripulaciones de relevo en, por ejemplo, la pesca de altura. El mismo problema, aunque no tan agudo, aseguran que se produce en la bajura. Y la de gran altura sigue a lo suyo, viviendo de lejos este problema.

Hay armadores que dicen estar a punto de tirar la cuchara (o, lo que es lo mismo, abandonar su barco y su gente) porque no hay mandos que garanticen el trabajo a bordo de los barcos de pesca. Y hay armadores que demandan la contratación de tripulaciones de terceros países porque no hallan en Galicia, trabajadores que permitan completar las tripulaciones mínimas establecidas por la normativa española a bordo de cada barco. Y, por si todo esto fuese poco, esa escasez de personal cualificado para incorporarse al sector pesquero como mandos a bordo, viene a ser motivo para que, según leo en un boletín informativo de Aetinape, la patronal pesquera Cepesca pida que "los refugiados de las pateras se conviertan en pescadores" con el añadido de "algunos armadores sueñan con una nueva esclavitud". Una locura.

¿Qué es lo que realmente ocurre?

Para Aetinape -la asociación española de titulados náutico-pesqueros- hay quien pretende utilizar atajos, reduciendo formación y costes del personal de mar, para lograr una mayor rentabilidad económica en cada barco de pesca ante las constantes reducciones de cuotas de pesca que aplica anualmente la UE. Habla Aetinape de formación dual, de la necesidad de profesionales adecuadamente preparados para afrontar la tarea de pescar y salvaguardar sus vidas y rechaza planteamientos como el citado de Cepesca a la vez que denuncia el intento de modificar el Real Decreto 36/2014 (que regula los títulos profesionales del sector pesquero en las especialidades de puente y máquinas) para "introducir" una que califica de "titulación menor" que podría llegar a convertirse en toda una no regulada con las competencias del grado medio de puente (Patrón de Litoral) a la que Aetinape se opone frontalmente.

Con absoluta libertad se expresan los profesionales de la pesca a través de las redes sociales. Esto permite colegir que los marineros no se enrolan porque los salarios son muy bajos (entre 800 y 1.000 euros) por agotadoras jornadas de trabajo a bordo y en los desembarques, ejercicio de una profesión peligrosa, alejamiento de la familia...

¿Es, pues, el afán de ganar más el que enfrenta a armadores y trabajadores, cada uno en su parcela? ¿Es una cuestión de titulación? ¿De verdad no hay relevo generacional porque la pesca no interesa, o esta no interesa porque no se gana lo que se debiera y por esto la patronal recurre a tripulaciones de compromiso para tan solo cumplir lo establecido en cuanto a número de personal enrolado a bordo? ¿Subyace un intento de reducir las tripulaciones mínimas?

¿Se debe regular de otro modo la pesca para hacer esta más atractiva, incluso económicamente, a efectos de contratación de profesionales?