Anda reñido el gobierno municipal de Cangas con el Consello de Contas. Primero la anunciada fiscalización de las cuentas por los levantamientos de reparos de Intervención y ahora por no presentar a tiempo el cierre de las cuentas de 2017. La imagen económica del tripartito se torna caótica, a pesar de los pesares. Con un Mariano Abalo más pendiente del pasado (convenio de Massó) que del presente; con una RPT elaborada que sufre el "secuestro" del comité de empresa y la junta de personal, con privatizaciones pendientes y municipalizaciones atascadas en el embudo de la justicia. Para enredar la cosa más, ahora el PP amenaza con acudir a la Fiscalía por los contratos fraccionados. Pero ya no menta las nóminas de los trabajadores municipales. Esas que se cobran, según el interventor, de manera irregular. Porque resulta que todos producen lo mismo ¡Bendito complemento de productividad lineal! Ora pronobis.