Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La ciudadanía

A partir de la idea de que Galicia is different -sobre todo en política- no debe extrañar que aquí todo el mundo admita que unas elecciones son distintas a otras, pero a la vez se considere al conjunto como dependiente de los respectivos resultados. Por eso se dice que para las municipales cuentan más que nadie los alcaldables o las alcaldablesas pero luego los resultados, si hay éxito, se los apuntan los partidos. Aunque es cierto que siempre aparecen, sino ejemplos generales, casos aislados en los que se mezclan los conceptos sin demasiado pudor y menos aún memoria.

El caso más llamativo, expuesto desde la opinión personal y sin ánimo de incordiar, es el de Ciudadanos en Galicia. A fuer de sinceros nadie sabe con exactitud- -salvo quizás su militancia, y no toda-, cuál es su programa para este antiguo Reino, y ya puestos a ignorar, a estas alturas ni siquiera cuántos ni donde van a ser sus candidatos. Ese tipo de incógnitas haría que, en un país veterano en democracia, el grupo político del señor Rivera obtuviese una escasa cosecha electoral, pero como aún falta experiencia y exigencia en los votantes, los huecos ideológicos son probablemente lo mejor de su oferta. Siempre, por supuesto, desde un punto de vista particular.

Quede claro que no existe en el análisis intención alguna de descalificar. Sin embargo mal servicio se haría a los espectadores del teatro electoral si se dejasen sin repasar algunos datos, al igual que se ha hecho con otros partidos políticos. Casos que, siempre en relación con lo gallego, resultan especialmente significativos: muy llamativo fue el de la sugerencia de que se suspendiesen las obras del AVE por considerarlas "poco rentables "; peor aún sonó lo de que aquí está desapareciendo el español y, para rematar los ejemplos sin agotarlos, abstenerse en reclamar para la Xunta el traspaso de la AP-9.

Por lo que a perfiles personales se refiere, la Ciudadanía -en su doble vertiente general y partidaria- espera todavía, y ya va con retraso, la relación de sus cabezas de lista. De momento , sorprende que algunas de las proclamas de Rivera sobre la "virginidad" política de sus propuestos potenciales se hayan quedado en el limbo, pero eso es algo corriente en los partidos actuales, sean "los de siempre" o los que se autotitulan "nuevos". Al fin y al cabo nadie puede negar a los que fueron el derecho de intentar volver a ser.

El problema de Ciudadanos es que, tal como se dejó dicho, Galicia es diferente. Lo es porque tiene un partido, el PP, identificado de lleno -curiosamente desde Fraga- con el país y al que ha servido con eficacia en la gestión y sin apenas sobresaltos; eso le ha valido siete mayorías absolutas casi consecutivas y la única que hay hoy en España. Esas cifras no lo hacen imbatible, ni mucho menos, pero si muestran que el espacio social para los de Rivera es bastante menor que el de Cataluña o el de Andalucía, ademas de que la estructura Popular de aquí no tiene comparación con ninguna de las dos. También es muy cierto que los Ciudadanos pueden optar en estos lares a recoger parte de la descomposición del PSOE e incluso a beneficiarse de la atomización de la otra izquierda, pero tan fáciles como algunos se las prometen, no va a ser.

¿Eh...?

Compartir el artículo

stats