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historia

Cosas de Ourense. Intelectuales y escritores (y II)

(2).-En las décadas finales del siglo XIX y primeros años del XX se conforma y desarrolla su actividad la segunda generación, quizás la más numerosa, y a la que podríamos llamar de "Marcelo Macías o de la Comisión de Monumentos", que después de la convulsión del Sexenio Revolucionario se reorganiza a partir de 1874 con la incorporación de Antonio Bugallal, Constancio López Corona, que era el director de la Escuela de Bellas Artes, y Venancio Moreno Pablos, doctor en Derecho, que ejercerá en la Comisión el cargo de secretario y que fue fundador de La Nacionalidad, periódico "católico-monárquico", tal y como así se definía, que mantuvo agrias polémicas con El Eco del Liceo que era liberal.

De nuevo en este período cronológico se configuran o se reestructuran algunas instituciones que jugarán un papel destacado como centros culturales. Es entonces cuando se inaugura la Escuela Normal de Maestras (1877) y la Escuela de Artes y Oficios (1891), y es cuando el Instituto se traslada a su nuevo edificio en el jardín del Posío (1896) que llevará el nombre de Centro Provincial de Instrucción porque albergará todos estos estudios, además de la biblioteca, el museo y la sede de la Comisión de Monumentos.

Un acontecimiento de gran relevancia que se va a producir en el Ourense de estos años es el levantamiento de la estatua del P. Feijóo en 1887, obra del escultor Juan Soler, y la realización de los jardines que la rodean. En su inauguración leerá Venancio Moreno una Memoria biográfico-bibliográfica de las obras literarias del P. Feijóo, que fue publicada ese mismo año en la imprenta de El Eco de Orense, uno de los grandes periódicos que dirigió Lamas Carvajal, y que se editaba en la calle Alba, nº 15, hoy Alejandro Outeiriño, en el mismo local donde tendría su sede durante décadas La Región.

Pero, sobre todo, en este último tercio del siglo XIX se produce una auténtica eclosión de extraordinarias publicaciones periódicas y de magníficos escritores; entre las primeras cabe recordar El Heraldo Gallego, O Tío Marcos da Portela, El Eco de Orense, El Album Literario, El Miño, entre otras muchas, y entre los segundos se pueden citar a Arturo Vázquez Núñez, Curros Enríquez, Alonso Cuevillas, Camilo Placer Bouzo, Jesús Muruais, Benito Fernández Alonso, Manuel Martínez Sueiro, Filomena Dato, Juan Neira Cancela, Luciano Cid Hermida o, por no alargar más esta lista, a Marcelo Macías, que va a hacer de puente con el grupo de Risco porque murió casi centenario en 1941. Apuntamos que Marcelo Macías fue profesor de Risco, Otero y Cuevillas en el Instituto Orensano, donde impartía clases de Retórica y Poética y de literatura. Otero Pedrayo recordaba que estas clases tenían un importante componente histórico: "grandes cadros de historia, caracteres e fondos romanos, cervantinos, románticos, non agochaba o seu entusiasmo polas grandes figuras ourensás de Idacio, San Rosendo, ou o Pai Feijóo (?) e tendía á valoración poética de moedas e restos arqueolóxicos" y que según él quedarían, como por ejemplo, "no espírito de Cuevillas, como semente en longa espera do seu maio".

A esta segunda generación, además de ser la luz cultural, periodística e investigadora de toda Galicia, se le debe el Museo Arqueológico y una publicación periódica de indudable valor científico: el Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos de Ourense, en la que se pueden encontrar aportaciones a campos tan variados como la epigrafía, diplomática, estudios históricos, artísticos o biográficos, y que tiene su continuidad en la actualidad con el Boletín Avriense.

De todas maneras, yo creo que el personaje más importante de esta generación va a ser Valentín Lamas Carvajal. José Antonio Durán, puso ya de manifiesto su importancia al enjuiciarlo como "El periodista gallego que realiza obra más extensa e influyente en la Galicia del último cuarto de siglo". Pese a su ceguera, fue proverbial en estos tiempos del Rexurdimento galeguista su defensa de la cultura y de la lengua gallega, no en vano el segundo libro publicado en este idioma, después de los Cantares Gallegos de Rosalía, es su Espiñas, follas e frores, publicado en la Imprenta Galaica de Ourense el año 1874, y fue fundador en 1876 y director del primer periódico escrito íntegramente en gallego: O Tío Marcos d´a Portela. Sus contenidos eran "artigos de costumes, poesías, efemérides, cantares e contos do país galego" dirigidos a los labregos especialmente. Llegó a tirar 4.000 ejemplares, cifra extraordinaria para aquella época.

En relación con esto, podemos decir que Lamas Carvajal tuvo por tanto una extraordinaria y brillante actividad periodística, de tal manera que va a ser considerado como el más importante observador y cronista de la vida social y política de la Galicia de la Restauración y del Rexurdimento a través de los medios de comunicación que fundó y dirigió, como El Heraldo Gallego, una magnífica revista que se empezó a publicar en 1874 y de cuyo éxito nos da cuenta los más de 600 suscritores que tenía en aquellos tiempos. O Tío Marcos (como hemos dicho) y El Eco de Orense, que se publicó entre 1880-1909, y que fue uno de los mejores y más influyentes diarios entonces de Galicia.

Dentro de la gran inquietud que el ciego ourensano tenía por los problemas del gallego, debo mencionar, porque no es muy conocido, su iniciativa y colaboración en las gestiones tendentes a la creación de una Academia Galega que, a semejanza de la española, limpiase, fijase y diese esplendor al idioma gallego. Fue el primero que levantó la bandera de la reivindicación de la Academia en 1875 en su obra Dez cartas aos galegos, dedicadas a la "Sociedade Económica de Amigos d´o País de Santiago". En concreto habla de esto en la novena Carta, y Curros Enríquez, su gran impulsor posterior, sostiene que El Heraldo Gallego, la revista donde se publicaron estas cartas y cuyo lema era: "Galicia ante todo, Galicia sobre todo", fue la primera en postular la idea de creación de una Academia. Se dio la curiosa casualidad de que, elegido miembro de la misma, no pudo ocupar su escaño porque falleció el mismo día en que ésta se inauguraba en A Coruña, el 4 de septiembre de 1906.

Además de los escritores que le sobrevivieron, debemos recordar también a dos de sus epígonos más sobresalientes, Hixinio Ameixeiras y Xavier Prado "Lameiro", esenciales personajes en la creación da Irmande da Fala en Ourense y que volverán a publicar de nuevo, entre 1917 y 1919, O Tío Marcos d´a Portela.

3).- Y así llegamos a la tercera y más famosa generación, que alcanza su madurez al comenzar la segunda década del siglo XX, será la Xeración Nós, la de Risco, Otero y Cuevillas; pero también la de Arturo Noguerol, Primitivo R. Sanjurjo, Antón Losada Diéguez, Alexandre Bóveda y otros muchos. La más conocida por su producción literaria, por sus investigaciones históricas, etnográficas o geográficas, y por su actividad política dentro del galleguismo. Pero, en fin, una generación que no cabe aislar de la línea de continuidad que marcan las dos anteriores, porque, de hecho, sus creadores orensanos encontrarán durante su período de formación a sus maestros e inspiradores entre los miembros de las generaciones que les precedieron.

4).- Y para terminar, aún podíamos hablar de una cuarta, también brillante, más centrada que la anterior en la poesía y la literatura y menos en la política, por razones obvias en esos años de dictadura, que se empieza configurar a mediados de los años cuarenta al amparo de Risco y Otero, y que la podíamos llamar "generación Posío", por la revista que desde 1945 era su vehículo de expresión, o también de "José Ángel Valente", porque en ella publicó sus primeros poemas y, aunque marchó pronto de Ourense, su sentimiento era profundamente ourensano por esa especial relación amor-odio que en algunas personas se proyecta sobre lo que más se quiere. Solo él podía escribir, sin que parezca una contradicción, aquello de "alongarme somente foi o xeito de ficar para sempre".

Entre los muchísimos miembros que pertenecieron a esta generación podíamos recordar a algunos, como José Luis Varela, Alfonso Alcaraz, Ferro Couselo, Segundo Alvarado, Pura Vázquez, Celso Emilio Ferreiro, Alberto Vilanova, Ben-Cho-Shey, Antón Risco, Matilde Lloria, los hermanos López Cid, Antón Tovar y tantos otros que sería muy prolijo renombrar.

Y como, para no alargarme, de la gran generación de Risco apenas he dicho algo, pues de esta cuarta tampoco parece oportuno ahora comentar nada más. En tal caso, fortuna volente, quizá más adelante amplíe estos temas.

(*) Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Vigo

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