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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

Naturgy no es Disney

¡Un transformador en una guardería! La ocurrencia solo se concibe si corresponde a un exterminador o a un director de cine que busque los sobresaltos del Doctor Amperio.

La idea roza lo macabro. El problema afecta a bebés, un montón de niños que en los próximos años tendrán que sufrir las consecuencias previsibles e imprevistas de un grupo electrógeno de alta potencia.

Y no es alarmismo, ni mucho menos. Es preocupación. Los padres tienen la obligación de proteger a sus pequeños e impedir que corran riesgos. No basta con que se construya un búnker y que parezca que ese transformador queda aislado del centro infantil de Vilaxoán, una localidad en la que sobrean sitios adecuados para instalar semejante mamotreto sin poner en riesgo la salud de nadie. Y menos aún la de los más indefensos.

En absoluto se trata de poner palos en las ruedas pues en Vilaxoán hay que evitar las frecuentes caídas de tensión, los cortes de luz innecesarios y el descontrol del suministro. Es una inversión urgente, necesaria, imprescindible...

Pero la solución no se puede basar en un "chispazo". Una guardería de nueva planta en la que habrá niños más fuertes y más delicados, más o menos sensibles, y más o menos tolerantes a las hipotéticas radiaciones que se escapen de ese búnker de custodia eléctrica del que se habla es un despropósito.

Ayuntamiento, Xunta y Naturgy deben repensar la ubicación porque este tipo de decisiones no se pueden tomar a la ligera, a voleo, caiga donde caiga y sin pensar en las repercusiones que puedan causar en los demás.

Salvo que todo ello se entienda en clave de animación. Claro que los niños irían encantados a un centro con el reclamo de un Transfomator o de un Exterminator. Cierto que podría presentarse como "Guardería del futuro". La propuesta, dirían los mayores, es "electrizante", está cargada de iones, cationes y aniones. Si se ponen en mayúscula hacen soñar con los poderosos héroes de un universo estratosférico, lleno de buenos y malévolos. Pero la vida no son dibujos animados.

Vilaxoán quiere una "Galiña Azul" normal, simpática, dulce, en la que los niños no corran peligro. Los padres no quieren sobresaltos y que a la preciosa gallinita no se le ericen las plumas con una descarga. Naturgy no es Disney.

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