La actividad comercial se encuentra en la génesis de nuestras ciudades. Y hoy el comercio articula buena parte de las dinámicas urbanas. El comercio ilumina y da vida a las calles. Piense usted en lo sombrías que suelen resultar las calles de su ciudad en las que, por uno u otro motivo, el comercio no ha calado. O piense en el centro ("downtown") de la mayoría de las ciudades estadounidenses.

Es verdad que las cosas cambian y hay que adaptarse. Pero yo me resisto a perder un activo económico, social y urbano como es el comercio del centro. Me resisto a resignarme y estoy convencido de que merece la pena que nos esforcemos todos, lo que pasa también por apoyo público y consumo responsable.

El comercio tiene que adaptarse pensando en lo que ofrece hoy internet. Van algunos ejemplos: reparto a domicilio ágil y cómodo; dependientes que sepan realmente de lo que venden y asesoren al cliente; centros comerciales abiertos que cooperen para el mantenimiento de páginas webs inteligentes; actividades lúdicas complementarias; fidelización de clientes a través de tarjetas? Sé que en muchos casos es una revolución y en algunos bienes y servicios el desafío está ya perdido, lo que exige reconversión. Pero también que algunos lo están logrando. Porque no todo es una cuestión de precio.

*Director del Foro Económico de Galicia