Esos comunicadores de las televisiones que hablan de lo que ocurre a cientos kilómetros de distancia y lo hacen con desdén, con la arrogancia del centralismo mediático. Abundan en trasladar una imagen pueblerina de todo lo que ocurre más allá de su frontera. Gustan de abordar asuntos como el del paso de peatones gigante de Cangas, no solo con humor, que sería lo deseado, sino con ese aire de superioridad sobre los que nos siguen considerando de provincias. Y ese también es el motivo por el que dedican horas de emisión de televisión y radio a hablar de las medidas contra la contaminación que impuso el Ayuntamiento de Madrid y que solo se acercan a los pueblos para buscar la gracia, sin realmente saber lo que sucede.
Cangas tuvo razones este año que expira para salir en los telediarios. Hubo un referédum abortado que pasó de puntillas o no pasó por los medios de comunicación nacionales, esos que ahora se dedican a hacer chistes malos de una obra aún sin terminar. Al cabo de los años se enteran de lo del referédum y pensarán que descubrieron el otro mundo. Como cuando se olvidaron de que Cangas fue el primer municipio en donde su corporación fue disuelta y se creó una gestora. Para ellos era Marbella.
