Uno de los elementos que le faltaba a estos Reinos para ascender en el escalafón de las maravillas era un milagro. Es verdad que en los últimos tiempos se habían acercado a ese objetivo, pero como la dialéctica política y los hechos no coincidían, el "sorpasso" se fue retrasando. Hacía falta un prodigio para reactivar la estrategia que desplegó la Xunta en su legislatura de 2009/2012 y que se resumía en la idea de "Galicia pionera" en esto y aquello; que no era muy exacta, pero que dio muy buen resultado electoral a sus diseñadores, como demuestra la evidencia en las siguientes oportunidades.

O sea, que sí: hacía falta un milagro. Y por fin, tras muchos años de esfuerzos e intentos fallidos -queda dicho- se logró. Fue hace apenas unas horas, en el Congreso de los Diputados, donde PP y PSOE, juntos pero no revueltos, impulsaron y obtuvieron una resolución para que el Gobierno del señor Sánchez "apoyase", que no "resolviese", el traspaso de la AP-9 a la Autonomía gallega. El prodigio consiste en que nadie explicó el cambio de criterio por el cual los que antes se oponían al traspaso ahora lo apoyan, ni el de quienes dijeron que la autopista fue una "navallada" ahora la convierten en una bendición competencial.

Hay más milagros, conste. Uno de ellos es que gran parte de las voces de acompañamiento que los dos partidos históricos tienen aseguradas aquí le hayan dedicado poco más que una leve referencia al "detalle" de que si Galicia quiere aceptar la AP-9 tendría que habilitar un rescate, y eso supone dinero, y el "apoyo" gubernamental no lo explicita. Este periódico, una vez más, sí lo ha hecho, informando a la vez sobre la realidad de lo que le importa a los ciudadanos, que es el peaje, un canon que hace de "Audasa" una empresa concesionaria muy rentable y que, sin duda, encarecerá, de haberlo, el siempre delicado asunto del rescate.

(Por cierto, conviene destacar un punto que habla por sí mismo. El señor presidente del gobierno autonómico dijo que la "galleguización" de la autopista era indispensable para resolver la cuestión del encarecimiento de los peajes. Extraña que, a pesar de esa trascendencia, el asunto no hubiese merecido hasta ahora su atención en ninguna de legislaturas -esta, mediada- que lleva en el cargo, Y sorprende que lo haya dicho coincidiendo con el anuncio -"oportuno"- del ministro de Fomento sobre la rebaja de un treinta por ciento en los peajes. Otro de los milagros a tener en cuenta).

Es posible, y hasta probable, que el traspaso de la AP-9, si al final se consigue en unas condiciones que no sean onerosas para Galicia, suponga un significativo refuerzo de la identidad del país y un aumento de su capacidad de autogobierno. Pero -y conste que, como siempre, esta es solo una opinión personal- que el hecho de que se le haya dedicado trato de "affaire d´Etat" cuando otros de igual o mayor calado estatutario y/o importancia social siguen en el cajón, es llamativo. Como llamativo es el milagro -uno más- de la unanimidad de los partidos de este antiguo Reino. A ver si hay suerte y los prodigios se vuelven más frecuentes y no, como hasta ahora, una rara excepción. Sería magnífico, pero habrá que esperar a otra víspera electoral para que no todos se ocupen única y exclusivamente en no perder votos.

¿Eh...?