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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El tamaño

A estas alturas son ya pocos los que, después del desastre de las cajas gallegas, no se consideran al menos aliviados por la presencia en este Reino de una entidad que, desde el ámbito privado, se ha tomado los asuntos de Galicia como propios. Y que, además, se acaba de apuntar otro "tanto" con la adquisición de la portuguesa Caixa Xeral, con lo que consigue crecer hasta el séptimo puesto del ránking español y expandir su negocio a zonas estratégicas en las que ahora su presencia era escasa o nula. Y eso significa tamaño más competitivo, lo que es bueno.

(La referencia al tamaño debe explicarse porque importa más que antes. Y sobre todo cuando el refuerzo se lleva a cabo como se debe, es decir, desde una posición sólida que permita compensar con envergadura el peso añadido que supone la incorporación de la nueva estructura. O sea, justo lo contrario a la filosofía -que en su día asumió la Xunta en la fusión cajista- de sumar entidades sin tener en cuenta ni su situación desigual ni las inevitables consecuencias que la realidad subsiguiente produciría).

Hay, siempre desde la opinión personal, otro factor positivo que conviene subrayar: la vocación gallega de Abanca va mucho más allá de la nomenclatura y sobre todo no depende de tendencias políticas externas o internas. Como queda dicho es un negocio que busca beneficios lícitos pero que hasta ahora los ha demostrado compatibles con el interés general de la ciudadanía, desarrollando una estrategia positiva en materia financiera, apoyando actividades sociales e incluso resolviendo problemas de fea catadura, por ejemplo "lo" de las preferentes.

No se trata, como ya se ha dicho en alguna otra ocasión, de enhebrar un rosario de alabanzas sin argumentos ni entonar una cantata aduladora hacia la gestión de la entidad. Sólo de destacar lo medible, que ya advirtió el refrán que suele ser poco opinable, y -eso sí- reafirmar la idea de que hoy este país cuenta con algo que también puede considerar suyo y que lo fortalece de cara a un futuro que se presenta favorable. Aunque no del todo despejado de incógnitas sobre la evolución general de la Economía y la reestructuración obligada de Europa tras el Brexit.

Y hay, en fin, otro dato que tampoco merece quedar en segundo plano. El refuerzo significativo de Abanca implica el retorno a puestos destacados de la imagen y marca de Galicia como un Reino capaz de atraer inversiones y de expansionarse incluso en un territorio que, como Portugal, aparentaba llevar una ventaja casi definitiva sobre su vecino del norte. Y es bien conocido que eso abre esperanzas de mayores éxitos, lo que como establece la llamada teoría -precisamente- de "las expectativas", da motivo para confiar con solvencia en el futuro. Por lo que casi cabría rematar esta opinión con un "amén".

¿No??

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