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Ilustres Tres notas inéditas (I)

Montederramo, un monasterio entre la esperanza y el descuido

Los monjes tanto benedictinos como cistercienses nos dejaron una herencia de belleza y patrimonio que nos hace casi únicos en el mundo. Pero la mayor parte de los monasterios, siguiendo los consejos de soledad de la regla de San Benito, buscaron lugares apartados donde en el transcurso de los siglos construyeron edificios de grandes dimensiones y alto valor monumental y artístico y llenaron sus iglesias con un catálogo de escultura y de pintura igualmente sorprendentes. Pero todo ello se convirtió en ruina cuando las leyes sectarias irracionales y de verdaderos mentecatos decretaron la exclaustración y la desamortización que llamamos de Mendizábal, por ser este el ministro "genio" que legisló la ruina de tanta riqueza a cambio de unas ventas irregulares y equivocadas. La soledad de nuestros monasterios con población escasa en su entorno los hizo inútiles para destinos apropiados, exceptuándose en esto Celanova que con más población pudo conservar el edificio dedicándolo a usos municipales y educativos. Las propias iglesias que se entregaron a las diócesis para que sirvieran como lugares de culto parroquial eran desproporcionadas para los pocos feligreses, que se vieron pronto incapaces económicamente de mantenerlas con un mínimo de dignidad. Y así San Esteban de Ribas de Sil, Melón, San Clodio, Oseira, Xunqueira de Espadañedo y Montederramo vendidos, los monasterios al mejor postor, se fueron degradando y conscientemente destruyendo para beneficiarse de los sillares en obras diferentes en beneficio de los compradores de aquellos magnos edificios.

San Clodio tuvo la suerte de que quienes lo adquirieron sensibles e inteligentes lo dedicaran a fines educativos y lograron mantenerlo con cierta integridad hasta que ya avanzado el siglo XIX lo adquirieron los monjes benedictinos, que mal que bien, lo fueron conservando íntegro hasta el momento de su conversión en hotel monumento. Oseira tuvo que esperar al año 1930 cuando el interés del Obispo Cerviño logró que una comunidad cisterciense de nuevo lo habitara, deteniendo una sangrante degradación y casi milagrosamente dejarlo en su totalidad recuperado.

Montederramo es un ejemplo de primerísimo orden de arte clasicista con un patrimonio mueble sorprendente, el retablo y el coro son encargos a maestros prestigiosos. Hubo que desmontar el primero porque se venía abajo y el segundo era una lamentable ruina de la que sin mucho escrúpulo personalidades de la cultura llevaron a sus casas varios relieves, y otros robados, se recuperaron, pero no para volver al monasterio como sería lógico cuando felizmente se restauró el coro, sino para formar parte de las colecciones del museo arqueológico. La Iglesia desproporcionada y fría para una población pequeña quedó al margen del culto parroquial al construirse una nueva y de arquitectura de poco empeño en 1966, por el constructor Francisco Cachafeiro trabajando en ella entre otros operarios el cantero Antonio Mariño Espiña (AHDOURENSE. 925/1 Y 925/4). En Montederramo se han hecho esfuerzos notables en los últimos 50 años para conservar. Se han ido recuperando partes del monasterio en poder de particulares que los utilizaban para los destinos menos convenientes y la Xunta de Galicia se empeñó y es un verdadero milagro, en volver a montar el retablo restaurándolo inteligentemente y hacer del coro otro lugar visitable con una recuperación también modélica por lo que el grupo Francisco de Moure en su momento quiso reconocer el esfuerzo con el premio anual que concedía a quienes con acierto mejoraban nuestro patrimonio. Ya en 1951 había sido declarado Monumento Nacional y con ese motivo se llevaron a cabo algunas intervenciones entre 1951-1957 por el arquitecto Luis Menéndez Pidal (MARTÍNEZ MONEDERO, Miguel. Las restauraciones arquitectónicas de Luis Menéndez-Pidal. La confianza de un método UNIVERSIDAD DE VALLADOLID, Valladolid, 2008 pg 201). El claustro reglar del que vamos a hablar se pudo recuperar y se destinó a colegio pero la escasez de alumnos, sangrante problema de toda aquella zona muy despoblada, obligó a cerrarlo y allí está una soberbia Iglesia y un monasterio lleno de belleza con un gran problema de darle un destino eficaz e inteligente. De nuevo la Xunta de Galicia va a invertir una notable cantidad de euros para la conservación de Montederramo, naturalmente alabamos la decisión, aunque nos preocupa que tan interesantes intervenciones sin un debido mantenimiento, pronto queden en nada. Recuerdo que Montederramo fue colegio de la Orden y aquí llegaban Monjes de toda la Congregación de Castilla a formarse, lugar prestigioso y rico lleno de vida con un patrimonio de excelencia como documentó en su momento Jesús Ferro Couselo en un interesante trabajo: "Las obras del convento e Iglesia de Montederramo en los siglos XVI y XVII." Publicado en el tomo I del Boletín Auriense, Ourense 1971 del que también hay una tirada aparte. Estas tres notas para la historia del edificio las hemos localizado en el AHDOURENSE caja 3817/7, se refieren a los libros corales, a una intervención de un párroco benemérito intentando detener la ruina y al claustro reglar que debía ser compartido por la Iglesia ya que es el propio de las procesiones, comunica por una puerta con el templo y en el cuerpo superior está el único acceso posible para el coro.

Cantorales

En primer lugar una petición del Monasterio de San Miguel de las Dueñas de los cantorales que habían servido en el monasterio y que al menos alguno, sería el salterio en cuatro cuerpos que entre 1597 y 1600. Fulgencio de San Miguel por contrato de 8 de octubre de 1597 se comprometió a escribir, encuadernar e iluminar y por los que cobró la importante suma de 1.557 reales (FERRO COUSELO. "Las obras de Montederramo..." Boletín Auriense I, Ourense 1971, pg 168). "I. Sr. Obispo de Orense. La que suscribe abadesa del monasterio de religiosas Bernardas de San Miguel de las Dueñas en el obispado de Astorga a vuestra señoría Ilustrísima humildemente expone: en el suprimido monasterio de Montederramo correspondiente a ese obispado de Orense se conservan los libros corales o de solfa de que usaba aquella disuelta comunidad de monjes, tales libros no tienen aplicación a ninguna otra que no siga el rito cisterciense como lo observa esta de San Miguel en todo conforme a dichos libros. El padre cura de Montederramo de buena gana los entregaría como que de nada le sirven para aquella parroquia más no pueda hacerlo sin que precede la autorización de vuestra señoría Ilustrísima. Bajo estos antecedentes confiada en la bondad de vuestra señoría Ilustrísima. Suplica se digne donar a esta comunidad de San Miguel de las Dueñas dicha librería coral de Montederramo dando licencia el padre cura de aquella parroquia para que le entregue a persona que en caso afirmativo comisión haré para que la trasportes del monasterio en donde prestará servicio? San Miguel de las Dueñas diciembre 18 de 1861. Paula Robleda García abadesa. Visto bueno el capellán fray Ambrosio Delgado."

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