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Avances y preocupaciones

Ayer finalizaron los trabajos que desde el pasado lunes 12 ocuparon a los 51 países miembros, y otros participantes, en la reunión anual de ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico). Ocho días de reunión generan impresiones contrapuestas. Tranquilidad relativa para nuestro sector de palangre de superficie en materias como la regulación de los dos stocks de pez espada, definida en 2017 hasta 2021. Tampoco para 2019 ha habido variaciones significativas respecto a la tintorera, la otra especie principal en las capturas de nuestra flota. Además, las medidas de ordenación aplicadas al bonito muestran su idoneidad y abren el camino en el que se trabajará para otras especies.

Sin embargo, visto el curso de estos ocho días de debates y propuestas cruzadas, nos quedan preocupaciones, que se vislumbraban en años previos y se hacen cada vez más patentes. Partiendo de que el único camino posible, y sensato, para garantizar la gestión adecuada de los stocks oceánicos es el de las organizaciones regionales de pesca multilaterales como ICCAT, la dificultad de los consensos bajo los que se adoptan sus decisiones se agrava, y lleva a que algunas herramientas básicas de gestión no avancen como debieran. Como ejemplos tenemos propuestas que desde hace años bloquean -este año también- los países representantes de flota palangrera asiática: la de "aletas adheridas", implantada en la flota UE desde 2013 y la de prohibir transbordos en alta mar, que también utilizan aquellas flotas.

Si la primera igualaría a todos los operadores internacionales en materia de capturas de especies de tiburones pelágicos, fundamentalmente la tintorera, en base a lo indicado por los comités científicos, y reforzaría su identificación hasta su desembarque, la segunda subsanaría una grave carencia de control en las flotas de palangre asiáticas; las operativas en alta mar no pueden ser comparadas con las realizadas en puerto, bajo la supervisión de los Estados costeros. Los argumentos dados para rechazarlas sistemáticamente son, en ambos casos, tan débiles como rebatibles.

Con una complejidad cada vez mayor en el enfoque de parámetros científicos para la adecuada regulación de estos recursos, que incide y condiciona la toma de decisiones de los gestores, este año el ejercicio para establecer medidas para stocks estratégicos como atún rojo del este y mediterráneo, y atunes tropicales como el patudo, ha derivado en debates complejos, con más éxito en el primer caso que en el segundo, pero ambos nos muestran un puzle en el que cada vez es más difícil encajar los variados intereses de flotas y Estados contratantes. Y esto es preocupante de cara al futuro, porque en estas reuniones la delegación comunitaria es parte contratante de ICCAT como UE, con independencia de sus muchos Estados miembros, y cuenta con su posición de voto único y enfoques que no siempre coinciden con los de los EE. MM. con flotas ICCAT, quedando en inferioridad frente a estrategias finalistas que de forma directa aplican en su negociación países terceros adscritos a la Organización Regional de Pesca.

*Secretario Técnico de Anapa y Arpoan

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