La lucha sin cuartel contra la feria ambulante, que campaba en la plaza de Barcelos y constituía una amenaza cada vez más seria para el comercio local, fue la primera actividad de gran calado que acometió Aempe tras su constitución formal. Aquel mercadillo que volvía locas a las pontevedresas de cualquier edad y condición, se convirtió en su particular bestia negra.

Competencia ilícita, falta de control, incumplimiento normativo, claro ventajismo, discriminación impositiva, favoritismo incomprensible?.fueron algunas de las lindezas que Aempe dedicó a la feria de Barcelos, ya convertida en el complejo ambulante más concurrido y, en consecuencia, también más lucrativo de todas las ciudades gallegas.

Desde el primer momento, Aempe presionó cuanto pudo al alcalde Rivas Fontán para tratar de reconducir aquel desmadre comercial. Una de sus reclamaciones más demandadas fue el traslado de la feria desde Barcelos hasta A Xunqueira do Vao, para alejarla del centro urbano. Pero esa solicitud no fructificó hasta varios años después.