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Joaquín Rábago.

Una mujer, al frente de la Comisión

La danesa Margrethe Vestager, responsable de competencia en la Comisión Europea, ha demostrado más coraje y capacidad de resolución ante las grandes corporaciones que dominan nuestro mundo que cualquiera de sus predecesores masculinos.

La líder social liberal, que cuando ocupaba el puesto de viceprimera ministra de su país sirvió de inspiración para la figura protagonista de la serie de televisión Borgen, no ha vacilado nunca a la hora de multar a quienes violan las leyes de la competencia europeas.

"The Wall Street Journal" se refirió a ella como la mujer que "mete en cintura a las gigantes tecnológicas estadounidenses" mientras que para el misógino y xenófobo Donald Trump, la danesa es alguien que "odia realmente a EE UU".

A Google le cayó, por ejemplo, la multa récord de 4.300 millones de euros y Apple tuvo que devolver a Irlanda 13.000 millones que no había pagado en su día al fisco de ese país, junto a los correspondientes intereses.

Aunque en ese último caso, el auténtico responsable fue el Gobierno de Dublín, que, haciéndole al resto de sus socios competencia fiscal desleal, ha dado siempre un trato de favor a las grandes multinacionales dispuestas a establecerse en su territorio.

El gigante de la distribución Amazon está a su vez siendo investigado actualmente por la sospecha de que utiliza datos de terceros en su propia ventaja.

Pero Vestager no ha demostrado hasta ahora con sus sanciones multimillonarias ser solo el azote de las empresas norteamericanas, sino que ha dudado en investigar a las europeas, entre ellas a la tramposa industria alemana del automóvil.

Se calcula que desde que asumió el cargo en noviembre de 2014, Vestager ha impuesto multas por más de 14.000 millones de euros por abuso de poder o pactos entre empresas para fijar precios, es decir actividades contrarias a la libre competencia.

El semanario "Der Spiegel" no oculta su admiración por el trabajo de la danesa al frente de la cartera de la competencia y escribe que, en su caso, Europa parece tener una sola voz, algo que se echa de menos a la hora de afrontar, por ejemplo, la crisis de los refugiados.

No es, pues, de extrañar que tanto en Bruselas como en algunas capitales europeas se hable desde hace algún tiempo de la idoneidad de Vestager para encabezar como primera mujer la Comisión europea.

Esta última no goza precisamente de buena prensa tras la gestión más bien nefasta del conservador portugués José Manuel Durao Barroso, hoy en la presidencia del banco Goldman Sachs, o las componendas que llevaron a su sucesión por el ex jefe del Gobierno luxemburgués Jean-Claude Juncker.

Este, que llegó a la presidencia de la Comisión gracias a un acuerdo con los socialdemócratas europeos, que colocaron a cambio al alemán Martin Schulz en la presidencia del Europarlamento, facilitó en su etapa de jefe del Gobierno luxemburgués la conversión del Gran Ducado en paraíso fiscal para las grandes empresas.

En vista de tales antecedentes, la exministra de Economía e Interior y ex viceprimera ministra de Dinamarca, que ha demostrado en su actual cargo mucha mayor determinación que quienes la precedieron en la defensa de los consumidores europeos, parecería la mejor apuesta para encabezar la próxima Comisión. Veremos.

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