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TRIBUNA LIBRE

Niños de la calle

Niños de la calle que tienen todo un mundo a sus pies y lo que es tener no tienen a nadie. No tienen su casa, ni una tierra a la que llamarle suya, no tienen una sociedad que los proteja, porque, de tenerla, no estarían en la calle. Son como los pájaros, no echan raíces en ninguna parte.

Recuerdo una prima mía que se marchó a la Argentina siendo niña, y una vez que vino a ver su tierra la llevé al monte donde las dos guardábamos las vacas, donde está una gran roca con otras más chiquitas a su alrededor, las recorrió todas una por una. A sus cincuenta y tantos se volvió niña, saltaba y se emocionaba en aquel bendito lugar, donde las dos hacíamos casitas. Estaba en su tierra.

¡Qué bonito tener una familia, tener tu casa y una tierra tuya y pertenecer a una sociedad donde tienes tus derechos! Y qué triste ser como las gaviotas y las palomas, estar mirando donde algo está perdido.

Este mundo tiene que corregir sus errores, la tierra da para más, se tienen que acabar el hambre y la maldad. No nos merecemos estar aquí. Somos los reyes de la tierra y los peores con nuestros hermanos. Tenemos el síndrome de la crueldad.

*Vecina de Cercio (Lalín)

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