El pasado 27 de septiembre se conmemoraron los 75 años del Observatorio Astronómico de la Universidad de Compostela, que había sido fundado por el eminente astrónomo y matemático de Lalín Ramón Mª Aller Ulloa. Desde 1983 este Observatorio está dirigido por el catedrático de Astronomía José Angel Docobo. El 27 de septiembre de 1943 Ramón Aller puso en marcha este centro de observación e investigación, pero ya antes había realizado actividades de observación del cielo en su observatorio particular de Lalín, que fue mejorando poco a poco hasta la llegada en 1925 del refractor Stenheil. Observatorio de la comarca del Deza que también se conserva a día de hoy. Donde no solo llevó a cabo observaciones de numerosos fenómenos astronómicos, sino también la preparación de textos emblemáticos de matemáticas y de astronomía, que habían llevado a Ramón Aller, en 1939, a la cátedra de la universidad compostelana, para impartir clases de Análisis Matemática y Geometría Analítica, y desde la que introdujo en nuestro país el estudio de las estrellas dobles visuales, publicando sus resultados en las Astronomische Nachrithten, un trabajo que brindó reconocimiento internacional al modesto observatorio lalinense.

Aun cuando nuestros artículos de la serie sobre importantes personalidades están dedicados a las originarias de Ourense y su provincia, por ser Lalín una villa muy próxima a la Ciudad de las Burgas, y sus habitantes hacer más vida académica y comercial sobre todo en Ourense por la proximidad y la buena combinación por carretera, no está demás dedicar el presente artículo a una figura tan singular y recordar la conmemoración citada al comienzo. En la capital de la comarca del Deza, además del famoso aviador Joaquín Loriga y del pintor Laxeiro, destaca especialmente la figura del astrónomo Aller. Tan admirado y valorado por sus vecinos, que el antiguo Instituto Laboral de la villa, creado el año 1954, llevó desde el inicio el nombre de Ramón Aller. Nombre que se mantiene hoy en el IES de educación secundaria. En el año 2011 la Real Academia Galega das Ciencias dedicó a Aller el "Día do Científico Galego", en su cuarta edición (en 2008 fue Vidal Abascal el homenajeado, Parga Pondal en 2009 y Cruz Gallástegui en 2010).

Ramón Aller, matemático y científico excelente, poco conocido en muchos ámbitos, excepto en el de las matemáticas y las ciencias, llegó a hacer el descubrimiento de cuatro estrellas, un cráter de la luna fue bautizado con el nombre de Aller (su apellido paterno), diseñó varios instrumentos para la observación del cielo, y publicó un buen número de libros y artículos a lo largo de su carrera científica y como profesor de la universidad de Compostela. Cuando tenía 82 años, en 1960, el pueblo de Lalín, que mucho le quería y admiraba, le dedicó un merecido homenaje y fue descubierta, al lado de la iglesia parroquial, una hermosa estatua de piedra, obra del extraordinario escultor de Cambados Francisco Asorei. Todos sus vecinos, acertadamente, consideraban su persona como de una grande valía y dignidad, que además de astrónomo y científico, era un sacerdote ejemplar.

Pequeña biografía

De nombre completo Ramón María Aller Ulloa, nació el 3 de febrero de 1878 en Filgueiroa-Donramiro, y falleció en Lalín el 28 de marzo de 1966. Hizo el bachillerato con los Jesuítas de A Guarda. En 1899 inició por libre los estudios de Ciencias Exactas en la Universidad de Oviedo, que seguiría en la Universidad Central de Madrid, donde en 1904, con 26 años, se licenció en esta especialidad relacionada con las Matemáticas. Fue siempre un estudiante extraordinario, merecedor de las mejores calificaciones. En 1912 construyó una galería en su casa de Lalín, donde creó un observatorio astronómico, tal como ya señalamos antes. Tal era ya de joven su pasión por la astronomía. Este fue el primero que existió en Galicia y uno de los más importantes de nuestro país. En este mismo año de 1912 se doctoró con premio extraordinario. La Facultad de Ciencias de Compostela creó en 1944 la cátedra de Astronomía, que Aller Ulloa pasó a ocupar por sus merecimientos. A partir de este momento montó el observatorio astronómico del campus universitario compostelano, muy próximo al Colegio Mayor San Clemente. Para ello trasladó a Compostela algunos de los instrumentos que tenía en el observatorio de Lalín. El 30 de junio de 1943 presentó su tesis doctoral en la Universidad de Madrid sobre el tema "Algunas experiencias que conviene realizar en las observaciones de pasos por verticales". Además de sus numerosos artículos científicos publicados en revistas de todo el mundo, escribió varios e importantes libros. Entre los que tenemos que destacar muy especialmente los siguientes: Principios fundamentales de la ciencia de los números (1918), Introducción a la Astronomía (1943) y Astronomía a simple vista (1948). Su pasión por la astronomía se la había provocado su abuela Camila Ulloa, cuando siendo un chico seminarista le regaló un anteojo de 75 mm de apertura. Más tarde tuvo un teodolito obsequio de María Lajosa Sánchez. Y con estos y otros instrumentos auxiliares, entre ellos un cronómetro de la Marina, montó el observatorio e inició sus observaciones sistemáticas del cielo. Los resultados de las mismas fueron publicados en el Anuario del Observatorio de Madrid. Los siguientes estudios teóricos, resultado de sus observaciones, se publicaron en la Revista de la Sociedad Astronómica de España y América. Y así comenzó su prestigio como astrónomo, por sus descubrimientos, en España, Alemania, América y París. Ramón Aller, por si fuera poco, también fue un excelente políglota, llegando a dominar nada más y nada menos que diez idiomas. Y además de sabio (su currículum es impresionante), fue una persona muy humilde, por lo que era muy querido por todas las personas, de todas las clases sociales, en su villa natal. Donde, como ya dijimos, en su antigua casa existe un museo con su noble nombre.

En 1918 Ramón Aller edita el libro de Matemáticas Algoritmia, que es patrocinado por su tío Saturnino Aller. Al morir este se queda con sus bienes en usufructo y decide aumentar el instrumental de observación adquiriendo un refractor de 120 mm. y de 1.800 mm. de distancia focal. La instalación de este instrumento, que se llevó a cabo en 1925, obligó a modificar el espacio de su observatorio, al que se le tuvo que añadir una cúpula, que todavía se conserva hoy. Curiosamente, para poner a andar el refractor citado hubo que seguir un programa muy minucioso, el cual se llegó a publicar en 1932 en el Archivo del Seminario de Estudos Galegos (SEG), con el título de "Programa del Observatorio de Lalín". El primer punto de este programa está dedicado a la observación de las estrellas dobles. Los resultados de las observaciones realizadas por Aller, como ya se apuntó, fueron publicadas en la revista alemana Astronomiche Narichtench, que era la publicación de mayor prestigio en Europa relacionada con la astronomía. Además los estudios de nuestro astrónomo fueron pioneros en nuestro país y crearon escuela, especialmente en la universidad compostelana. Desde 1930, que publica sus primeros trabajos de investigación científica en la revista germánica citada, hasta 1939, llega a dar a luz más de cuarenta trabajos, en esta y en otras publicaciones periódicas tanto nacionales como extranjeras. Al mismo tiempo completó la redacción de un interesante tratado de astronomía, que venía escribiendo desde su juventud. Paralelamente, completaba sus trabajos de observación del cielo, las estrellas y los astros, relevantes y extraordinarios si tenemos en cuenta los escasos medios con que contaba, con la confección de planos, la docencia, e incluso la redacción de la famosa biografía que le dedicó al matemático de Bermés, José Rodríguez González.

En 1943 es nombrado de forma oficial director del Observatorio Astronómico compostelano. Al mismo tiempo edita la Introducción a la Astronomía, obra que venía preparando desde que era joven, y se amplía el observatorio con un telescopio de pasos aportado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En 1945 se crea la sección de Astronomía Teórica y Matemáticas "Durán Loriga", germen de la que luego iba ser la Facultad de Matemáticas. Durante los años 40 y 50 el observatorio se encuentra a pleno rendimiento, recogiendo los trabajos de investigación diferentes publicaciones. En este mismo tiempo se creó la cátedra de astronomía que dirigió Aller hasta 1949, en cuyo año fue nombrado Catedrático extraordinario de astronomía. Antes, en 1948, fue nombrado miembro de la Comisión 26 de la Unión Astronómica Internacional de Zúrich (Suiza), y publica su atractiva obra Astronomía a simple vista, de la que existe en gallego una edición bastante reciente. En 1949 fue nombrado miembro de la Comisión Nacional de Astronomía. Entre los años 1960 y 1963 dirigió tres tesis doctorales sobre temas relacionados con su especialidad fundamental. Desde Lalín, en 1938, llegó a observar una aurora boreal.

Además de sus importantes libros, cuatro de ellos muy significativos, su obra ocupa más de 78 artículos publicados en diferentes medios. Dirigió cinco tesis doctorales, descubrió cuatro estrellas e hizo numerosos planos y diseños de instrumentos de observación y medición, así como otros materiales y recursos científicos. Llegó a ser miembro de la Academia de las Ciencias Exactas de Madrid, de la Comisión de astronomía y de otras instituciones mundiales. Inventó aparatos de observación y medición, algunos de ellos adoptados por el observatorio de París. Además de su villa de nacimiento, fue declarado hijo adoptivo de Compostela. El inglés Wilkins le puso en su honor el nombre de "Aller" a un cráter de la luna. En 1955 recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio. Y en 1960 el pueblo de Lalín le rindió un homenaje bien merecido.

Este artículo de hoy quiere servir también de recuerdo de los astrónomos Simón García y Santiago Iglesias Lucas. El primero venía desde Murcia a dirigir en las Jornadas de Enseñanza de Ourense el taller de astronomía para docentes, que continuó el segundo, que es natural de Ourense, y fue el diseñador en nuestra ciudad del "Roteiro das Constelacións". Infelizmente muy abandonado en la actualidad, por desidia municipal.

(*) Educador Social y Animador Cultural.