Mientras los pescadores gallegos y asturianos bajura del caladero nacional Cantábrico Noroeste reclaman que no se mantengan las actuales distinciones con sus homólogos de Cantabria y País Vasco en base a los derechos históricos que se aplican a estos últimos, el CIEM arroja a unos y otros un buen chorreón de agua fría asfixiando aún más a un subsector de la pesca para el que la caballa resulta irrenunciable: el Consejo Internacional para la Exploración del Mar recomienda ahora reducir en un 42% la cuota de caballa que se podrá pescar en 2019.

Aunque la decisión debe ser tomada por la Comisión Europea, esta concede a las propuestas del CIEM una gran credibilidad. Así, la cuota de 2018 de 550.948 toneladas se basó en una recomendación del Consejo, órgano no vinculante oficialmente pero que, como digo, tiene entre los dirigentes de la CE un enorme predicamento, y ahora, este órgano de orientación finja una cuota para 2019 de 318.403 toneladas (una reducción del ya señalado 42% sobre la cuota vigente en el año que finaliza).

Según el CIEM, la decisión de reducir ese alto porcentaje sobre el total del año en curso se basa en una disminución (supuesta) de desove y reclutamiento debidos en buena medida a la presión de la pesca que, en su criterio, ha estado por encima de los niveles recomendados en los últimos años.

Los vaivenes en las propuestas de cuotas para especies como la citada caballa, la sardina, la anchoa y el jurel -entre otras- hacen que el sector pesquero del Cantábrico Noroeste no pueda hacer proyecciones de futuro para las empresas pesqueras. Si a ello unimos, además, la inexistencia de criterios homogéneos y de equidad -como ha denunciado recientemente la consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Principado de Asturias, María Jesús Álvarez- de las cuotas pesqueras que permitan a los barcos del mencionado caladero nacional las mismas posibilidades de pesca que se otorgan por los antedichos derechos históricos aplicados especialmente a la bajura vasca, podremos entender la desazón que afecta a quienes fijan en las especies más apreciadas -entre las que está la caballa- el anuncio de una propuesta que, con muchas posibilidades, partiendo del CIEM puede ser, con muchas probabilidades, asumidas por la Comisión Europea.

En diciembre se negociarán las cuotas de 2019. Asturias se ha posicionado ya (algo que de momento no ha concretado Galicia) al respecto, exigiendo flexibilidad entre las artes "al tiempo que a aquellos que les sobra cuota la puedan ceder de forma ágil a quienes les falta".

Tal vez el cambio de Gobierno haga que la Xunta eleve su nivel de exigencia respecto a Madrid, donde en teoría ya no tiene un "Gobierno amigo".