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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El contraste

A estas horas, y después de haber leído u oído declaraciones de los presuntos candidatos a dirigir Podemos Galicia -suponiendo que dispongan de margen de maniobra- no puede por menos que sorprender la levedad de fondo con que se expresan el señor Gómez-Reino y doña Carolina Bescansa. Opinión, por supuesto, personal que parte del respeto a sus ideas y no presupone en absoluto falta de capacidad o desapego hacia los problemas de este antiguo Reino. Pero que también implica una crítica "preventiva" por si hay falta de propuestas para resolverlos.

Desde luego sería posible una réplica de ambos subrayando que las afirmaciones a las que se hace referencia aquí son una especie de introito acerca de objetivos e intenciones. Y que, por obvias razones, no debería esperarse en ellas -todavía no, al menos- un anticipo de programa interno que, para ser fiable, tendría que incluir alguna pista sobre la oferta política y electoral que se pretende aplicar en su momento. Y la falta de una referencia, siquiera genérica, a lo que se propone no resulta precisamente un acierto por parte de los precandidatos.

Esa sorpresa a la que se aludía en el introito es aún mayor si se tiene en cuenta que ha parecido que el meollo de la discusión era el lugar de residencia respectivo. Y, además, algo que tampoco alienta el optimismo: el valor que parecen darle a ese factor uno y otra; tanto que pudiera influir en su atención o en la eficacia de la tarea de dirigir Podemos aquí; que por cierto, no necesita un certificado expedido por la Oficina del Censo. Por no hablar del juego pueril -o infantil?- de sentarse distanciados en una tribuna o borrarse respectivamente de las fotos.

A partir de los puntos de vista -particulares- que se exponen, parece absurdo discutir qué avala al señor Gómez-Reino y a Bescansa. Uno porque lo ha demostrado durante mucho tiempo trabajando en Galicia para defender un cambio político en el que cree; y que, en todo caso, debería describirse como algo más que "echar al PP", aunque ese objetivo sea icónico. A la señora Bescansa la respalda su contribución, sobre todo pero no sólo en Madrid -lo que no le quita mérito: al contrario, porque allí hay políticos/as que tienen más peligro que peinase con una guadaña y hay que saber esquivarlos- a consolidar una alternativa estatal de ruptura con un sistema que dice obsoleto e injusto. Cuál pesa más lo decidirán en pocos días, ojalá que motu propio, los militantes.

En todo caso, e insistiendo que se opina desde el respeto, es posible que a los dos candidatos les resulte útil una observación bienintencionada: parece obvio que los últimos años, en los que Podemos ha obtenido cuotas de poder muy importantes, se ha ido deshilachando el manto de "pureza política" e inmaculada trayectoria de no pocos de sus referentes, que ahora mismo da la impresión de que están integrados en "La Casta". Y eso afecta a la credibilidad de la franquicia y a la fiabilidad de sus proclamas: el señor Gómez-Reino y doña Carolina Bescansa harían muy bien en afrontar esa responsabilidad, no imputar lo que hay a la consabida "campaña de los de siempre" y explicar, también, qué opinan de eso. Porque aquí y allá, el electorado tiene derecho a saber con quién se juega los cuartos.

¿No...?

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