"Nuestro objetivo primordial es que estas colegialas puedan convertirse en excelentes mujeres: buenas hijas, buenas esposas, buenas madres y también buenas ciudadanas. Nuestra misión no pasa en ningún caso por tratar de fomentar vocaciones para la vida religiosa en los conventos, sino por preparar a estas niñas de hoy para la vida diaria como mujeres del mañana".

Esto dijo la madre superiora, Dolores Dorda, como carta de presentación del nuevo colegio la víspera de su inauguración. Ella insistió mucho sobre unas enseñanzas inspiradas en las corrientes pedagógicas más modernas y avanzadas, que tenían muy en cuenta las aptitudes naturales de cada alumna, de manera individualizada, "para orientar y dirigir sus capacidades de la mejor forma posible". El quid estaba en desarrollar al máximo sus potencialidades.

Geografía e Historia de España y del Mundo, Gramática, Aritmética, Literatura, Música y Canto, e Idiomas y Labores, eran las materias que componían el núcleo básico de sus enseñanzas. Y luego añadían la Gimnasia y Educación Física en general, con excursiones incluidas, así como manuales diversos y otras actividades creativas, desde la pintura hasta la costura.