Entre banquetes y bodas, el Hotel de Los Placeres celebró algún que otro exquisito concierto para su colonia veraniega. En su corta y discontinua programación musical sobresalió la actuación compartida una tarde de verano de 1907 por el bajo de ópera Fernando Lorenzana y la cantante Julita Becerra. Fernando Lorenzana abrió su actuación con la cavatina de "Sonámbula"; siguió con un aria de "Lucrecia Borgia" y terminó con el romance "Juramento". Por su parte, Julita Becerra demostró la notable preparación musical que había recibido en París. No por casualidad llegó a actuar nada menos que en la Scala de Milán. Acompañándose ella misma al piano, ofreció un cuidado repertorio que encandiló a todos los asistentes.

Solo el empecinamiento de su padre, Manuel Becerra Armesto, que nunca vio con buenos ojos aquella afición de su hija, impidió el desarrollo de su carrera artística. Mujer adelantada a su tiempo, Julia Becerra se convirtió luego en condesa de Creixell. Ella fue la madrina del famoso "pacto de Barrantes" que galleguistas y republicanos firmaron en el pazo de su marido, en Ribadumia.