Esta semana se ha iniciado el curso académico en los centros del sistema universitario español. Sirva esta circunstancia para reflexionar sobre algunas peculiaridades, y no pocas paradojas, que están implícitas en sus estructuras de funcionamiento.

Tenemos que comenzar recordando que el sistema universitario español está formado por 84 universidades (52 públicas y 32 privadas), cifra superior a las existentes en países como Francia o Alemania, debido al crecimiento espectacular experimentado por las universidades privadas en las últimas décadas. Véase, a modo de ejemplo, las instituciones universitarias privadas creadas en algunas Comunidades Autónomas, donde ya se estaban impartiendo enseñanzas públicas, tales como la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), privada y situada en la Comunidad Autónoma de Madrid, que se solapa con la Universidad Nacional a Distancia (UNED). De igual modo, en La Rioja coexisten la Universidad de la Rioja (UNIRIOJA), de carácter público, con la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), también privada. Y así podríamos seguir enumerando otras donde la palabra "Internacional" o "Europea" se utiliza con frecuencia, como, por ejemplo, la Valencia International University (VIU), institución privada, por supuesto, como también lo es la Universidad Europea del Atlántico, ubicada en Santander, donde coexiste con la Universidad de Cantabria (UNICAN). En este punto cabe señalar que todas las universidades del sistema universitario gallego son públicas.

Si bien la Constitución española clasificaba las competencias en estatales, compartidas y transferidas, más tarde el gobierno delegó las educativas en las Comunidades Autónomas (CC AA). Esta descentralización sería correcta siempre que hubiese existido coordinación entre las instituciones responsables de la gestión de la enseñanza superior. Así pues, nada que objetar a estas transferencias si se hubieran establecido las preceptivas reglamentaciones entre el gobierno central y las CC AA para evitar repeticiones de estudios. Cuando Mariano Rajoy ocupó la cartera ministerial de Educación en el año 2000 formuló una frase que actualmente sigue vigente: "No se sí hay muchas o pocas Universidades. Lo que sí observo es que hay muchas iguales". En efecto, si bien no se incrementaron las cuatro universidades politécnicas que ya existían, en cambio, las de perfil no tecnológico crecieron exponencialmente en los últimos años y todavía siguen aumentando.

No habría sido necesario limitar ese incremento si las nuevas universidades, fundamentalmente las de financiación privada, cumpliesen los dos objetivos fundamentales de la enseñanza superior: impartir docencia e investigación. Sin embargo, no se observa este cumplimiento ya que muchas de las privadas no llevan a cabo ningún proyecto de investigación y se centran casi exclusivamente en la labor docente.

En los diferentes rankings que clasifican las 1.500 principales universidades del mundo, España sitúa a 3 de ellas entre las 200 primeras (Vigo se encuentra entre la 500 y 550) y solo una privada consigue ubicarse en esta clasificación, posicionándose alrededor del puesto número 1.000.

Esta situación fomenta otra de las grandes paradojas: ante la administración y para el mercado laboral, el título emitido por cualquier universidad tiene, aparentemente, el mismo rango, independientemente de su posición en los rankings o si cumple o no con su misión investigadora, labor preceptiva en cualquier institución universitaria.

Como consecuencia de esta proliferación de universidades, éstas son fundamentalmente endogámicas con respecto al origen de su alumnado, pues en los últimos años tan solo el 1% de las personas tituladas en las universidades españolas procedía de países extranjeros.

Ante este panorama, no es extraño observar que en estudios realizados por diversas entidades que analizan el grado de empleabilidad de los egresados/as se concluyese que, al menos, un 35% de las personas tituladas que ejercen una actividad profesional manifiestan que esta no se corresponde con los conocimientos y titulación recibida.

*Profesor Emérito de la Universidade de Vigo