Primero fue el Instituto Social de la Marina. Y ahora se afila la tijera para reducir, por efectos de la absorción o unión, el número de cofradías de pescadores en Galicia. Y parece lógico, a la vista de la realidad casi desoladora del panorama: en la comunidad hay cofradías de tan solo cinco empresarios y 16 trabajadores (caso de Ares-Redes, en la provincia de

A Coruña), 7 empresarios y 17 trabajadores (Caión, A Coruña), 8 y 20, respectivamente en Espasante-Ortigueira, 9 y 16 en Lorbé-Sada, 7 y 27 en Mera-Oleiros, 4 y 18 en Miño, 6 y 64 en Mugardos, 10 y 22 en O Barqueiro, 2 y 16 en O Pindo, y 16 y 17 en Palmeira-Ribeira.

La situación no es mejor en la provincia de Lugo, donde los seis pósitos actuales podrían refundirse y constituir solo tres: O Vicedo, con 5 y 12 empresarios y trabajadores respectivamente; Ribadeo, con 5 y 26, y San Cibrao, con 12 y 26, si bien Foz, con 10 y 38 tampoco está como para echar cohetes.

La otra provincia marítima gallega, Pontevedra, es, a priori, la que menos problemas ofrece para mantener sus actuales 22 pósitos, pero Marín (con 16 empresarios y 7 trabajadores), Sanxenxo (8 y 15) y Vilaboa (10 y 74) parecen disponer de los boletos suficientes para llegar a esa pretendida fusión.

De esta manera, las 63 cofradías de pescadores con que actualmente cuenta Galicia pasarían a ser 47 por la pérdida teórica de 10 pósitos en la provincia de A Coruña, 3 (o 4) en la de Lugo y 3 en la de Pontevedra.

La mayor parte de las cofradías que, por su número de propietarios de embarcaciones y tripulantes, podrían ser candidatos a fusionarse, están relativamente próximos a otros de mayor fuste, con lo que, en la práctica, la prestación de servicios no conllevaría problemas mayores para su funcionamiento y, sin embargo, la fusión permitiría ahorrar personal y medios técnicos y evitar gastos, que son los que imponen condiciones sumamente restrictivas a las que las cofradías no pueden hacer frente por su exigua economía y su obligada participación en el mantenimiento de las federaciones provinciales y gallega.

La penuria económica en la que viven desde hace años buena parte de las cofradías solo parece poder combatirse por la fusión de gran parte de estas entidades. Experiencias como las de Lira, Cariño e incluso Malpica no invitan al optimismo y solo mediante la fusión de una cuarta parte de las cofradías se puede ver con un cierto -no demasiado- optimismo, su futuro.

La Consellería do Mar y las propias cofradías tienen la palabra.