Desempolvando viejos libros de mi biblioteca encontré A cidade dos mortos, publicado en 1998 con motivo del centenario de cementerio de Pereiró. Lo escribieron entre Gerardo Martín, Francisco Pablos y Lalo Vázquez Gil, nuestro anterior cronista oficial, que ya mora a nuestro pesar en esa ciudad. Publicado por la concejalía de Sanidad que tutelaba Corina Porro cuando Manuel Pérez era alcalde de Vigo, es un hermoso testimonio que recuerda y nomina a muchos de los vigueses que se fueron por orden alfabético, empezando por Agra Mancebo, el que fue director de nuestro periódico entre 1944 y 1949. Albo Ortega, Hermenegildo y Bernardo Alfageme, Fernando Alonso Amat, Castor Alonso Bar... La historia local puede recorrerse en los apellidos que rotulan estos panteones, sea Nicolás Taboada Leal, Norberto Velázquez Moreno, Ramón Fernández.. recordándonos que todos nos igualamos por la muerte, aunque unos en grandes mausoleos y otros en sencillas tumbas, cuya dimensión no corresponde forzosamente a la grandeza de las personas. Pero el libro, que es de lo que quise hablar, es un monumento literario a la memoria olívica.

El orgullo de ejercer de vigués

Otro libro que me apareció fue El orgullo de ejercer de vigués, uno de los muchos escritos por el periodista Gerardo Martín, quizás quien tiene un fichero más completo de los vigueses que hicieron historia... y otros muchos que pasaron de un modo más discreto. Un impagable trabajo de rememoración que dedica a cinco personajes y comienza con Manuel Olivié y sigue con José Cao Moure (PPKO), Tomás Mirambel, Antonio Sanjurjo Badía, José Nákens, Ángel Urzáiz... qué buenos trabajos para la conservación de la memoria olívica ha hecho Gerardo, que seguro que sigue tomando datos para su inmenso archivo. Y empieza su libro por una idea: la autoestima viguesa, es una asignatura pendiente.

Desde la ciudad amurallada

Junto a ellos se apoyaba en la estantería otro libro, escrito por Alejandro Martínez García: Vigo, da antiga cidade amurallada ó casco vello actual. Es un enorme trabajo de recopilación de datos que señalan la evolución urbanística de la ciudad y que reivindica la memoria de nuestros espacios más antiguos, legado de nuestros antepasados. No tiene la magnitud espacial de los estudios que hizo sobre la materia el arquitecto Jaime Garrido (¿por dónde andas Jaime, que hace tiempo que no nos vemos?), pero de grande y merecido agradecimiento a Alejandro.

El grande: Vigo, Stella Maris

Y un cuarto libro que desempolvé, de tamaño imposible para que quepa en una biblioteca, fue Vigo, Stella Maris. Ahí está, prologado por el rey Juan Carlos, con Manuel Rivas de director literario y editado por Alfonso Paz-Andrade al calor de la World Fishing de 1991, el más gigantesco libro publicado sobre los vigueses (44 cmsx32) y el de mayor envergadura fotográfica. ¡Que hermosísimas fotografías ordenadas por las secciones de Aire, Fuego, Tierra y Agua y con autores de peso internacional como Ian Berry y Fulvio Roiter, con textos de igual peso.