Sánchez Cantón fue el autor de una hoja apócrifa, oportunamente incluida en este libro testimonial, que en 1948 reclamó la adhesión a un homenaje de reconocimiento en forma de "cartas, telegramas y tarjetas" a Daniel de la Sota, con motivo de las bodas de plata de su nombramiento como presidente de la Diputación. Particularmente reclamó la implicación de "los testigos de este caso ejemplar de servicio, altura moral y desinterés".

Los veinticinco años transcurridos ofrecían entonces una razonable perspectiva del acierto tenido por De la Sota al "concebir, emprender e impulsar" la repoblación forestal, la Misión Biológica, el Museo, la Caja de Ahorros?"que tantos beneficios reportaron, reportan y reportarán".

Nada amigo de la adulación, Cantón sabía bien de quien hablaba y del valor de la herencia de aquel hombre "dotado tanto para idear como para hacer". La convocatoria tuvo un gran eco y don Daniel guardó como oro en paño hasta su muerte las felicitaciones llegadas de todas partes en aquel veinticinco aniversario.