El 19 de abril de 1915, hace ahora ciento tres años, nacía en Ourense el gran pintor Manuel Prego de Oliver, cuya excelente obra pictórica traspasó nuestras fronteras y mostró que fue nuestra ciudad la "Atenas de Galicia" y cuna de grandes artistas, especialmente pintores y escultores, que, alrededor de Vicente Risco, participaban en tertulias artísticas y literarias, de las que la más destacada era la del "Volter". Precisamente, Prego le debe mucho a Risco, que fue catedrático de la Escuela Normal de Ourense, pues terminados sus estudios de Magisterio no tenía todavía la edad reglamentaria para ejercer la carrera de maestro y, gracias a los "buenos oficios" de Don Vicente, pudo vencer los obstáculos administrativos y fue destinado como maestro a la escuela primaria de San Mamede de Urros, cerca de la localidad de Allariz. En esta aldea y en esta escuela, entre 1933 y 1935, realizó los descubrimientos fundamentales para su futuro como pintor. El gozo y la alegría de las cosas y la vida simple, el tiempo y su profundo significado y el arte de los impresionistas, especialmente Cézanne, a través de sus lecturas. Tres aspectos que despertaron en Prego las primeras intuiciones teóricas de joven artista, y llegaron a crear sus ideas estéticas. Su amigo y biógrafo, el ourensano Trabazo, denominó esta su primera etapa, fundamental en su obra pictórica como "el tiempo de la escuela". Y es verdad que en sus cuadros se desprende la atmósfera poética generada en la escuela y aldea alaricanas.

Nuestro pintor había nacido en Ourense el 19 de abril de 1915, y fallecido en la misma ciudad el 28 de abril de 1986, a la edad de 71 años. Estuvo considerado por los especialistas como un importante artista próximo al expresionismo. Durante unos años, anteriores al golpe de estado franquista de julio de 1936, ejerció el magisterio, pero después de la Guerra Civil fue depurado y apartado de la docencia. De esta forma cambió el magisterio por su otra vocación, la pintura, convirtiéndose en su medio de vida. Sin embargo, pasó algunas dificultades económicas que fue resolviendo mediante encargos de compromiso que le proporcionaron recursos y le permitieron seguir avanzando en los estudios artísticos. En el año de 1941 expuso con éxito en Madrid, iniciando su faceta de investigador plástico y de gran fervor creativo. Hizo ilustraciones para el diario ABC y para la revista Blanco y Negro. Se dedicó también a ilustrar libros, como los escritos por Álvaro Cunqueiro, titulados Merlín e familia y As crónicas do Sochantre.

Participó activamente en las tertulias ourensanas de aquellos años y aprovechó para retratar a muchos de los tertulianos. Acudía a las mismas junto con personajes tan destacados como Castelao, Vicente Risco, Ferro Couselo, Florentino Cuevillas, Arturo Baltar, García-Sabell, Torrente Ballester o Valentín Paz Andrade. Después de una primera etapa indagatoria que coincide con el fin de la guerra civil, da comienzo al periodo en el que se consagra a los colores terrosos, tendiendo al monocromático y a un granulado fuerte y vibrante. Esta su etapa termina en la década de 1980, cuando se aprecia un giro de depuración y finura armónicas.

Tal como señalamos antes, su vocación por el arte es temprana, aunque no pueda dedicarse a el profesionalmente hasta bastantes años más tarde. En 1933, con tan solo 18 años, ejerce de maestro en su primer destino, demostrando una gran inquietud, y procedente de una familia que llegó a dar varios intelectuales y periodistas. Después de su primera exposición en 1941 en Madrid, expone luego en Barcelona, Bilbao y Salamanca, donde pinta murales en diversos restaurantes, incluido alguno de Ourense, como el del Bar-Hotel Parque. En Galicia muestra su obra en Vigo, en el local de la Caja de Ahorros. En la ciudad olívica tiene el apoyo del notario Alberto Casal, su protector, y realiza numerosos retratos, de excelente pintura, de antiguos presidentes de la Cámara de Comercio, y dos murales, uno de trabajo en el campo y otro en el mar, para la Estación Marítima, a finales de la década de los 50, ambos obras maestras de su quehacer plástico. Expone también en su ciudad de Ourense, y en la de A Coruña. Sus dibujos aparecen frecuentemente en publicaciones madrileñas. Su firma se hace habitual, sobre todo en los suplementos dominicales del periódico ABC, con lo que se promociona mucho su arte en la capital del Estado y el resto del país. La gran muestra de su vida la realiza en París, en 1981, en el Palacio de la Unesco, inaugurada por el embajador español, Miguel Solano y el director general de la entidad internacional dedicada a la educación y la cultura en el mundo, Federico Mayor Zaragoza. Esta magna exposición fue trasladada a Barcelona, para mostrarla en 1983, meses de mayo y junio, en el palacio de Pedralbes. En el acto inaugural participaron, entre otros, el alcalde de la Ciudad Condal, Pascual Maragall, el escritor Torrente Ballester y el economista y político Víctor Moro. En 1984 es expuesta en el Centro Cultural Caixavigo de la ciudad olívica, y en 1985 en su ciudad natal de Ourense.

Otra de las grandes aficiones de Prego era la lectura, siendo un lector infatigable, y también un tertuliano que le gustaba discutir mucho usando siempre la razón, por lo que tenía una sibilina dialéctica. Con una figura menuda y enjuta parecía estar en todas partes. Su presencia en Baiona, durante el tiempo estival, era proverbial y curiosa. Allí disfrutaba mucho tertuliando con Torrente Ballester, el periodista Iglesias Viqueira y con su amigo el escritor Carlos Casares Mouriño. En la cafetería "Monterrey" se le recuerda a través de una placa colocada en el lugar donde cada mañana estival se reunía en tertulia con sus amigos. Su obra se encuentra presente en todos los museos gallegos y en importantes colecciones de diferentes instituciones públicas y privadas. Era un grande artista que amaba mucho todo lo humilde, de lo que da constante referencia en sus cuadros y su pintura. Amaba la infancia y los niños, los ancianos y los mendigos, lo que demuestra su gran sensibilidad humana. Le gustaban mucho los caballos, los perros, las flores del campo, las dornas y las playas desiertas. Dibujante muy seguro, de trazo nervioso y efectista, pintaba con aquilatamiento, en empaste grueso y equilibrado. Su pintura es olorosa, intimista y lírica, opinión en la que coinciden la mayoría de los estudiosos y críticos de su obra pictórica. Algunas veces en su obra se muestra la ironía, y, siempre, la ternura, que presiden el espíritu de sus figuras, como abocetadas y de gran vitalidad. Dejó una amplia obra - mucha de la que conserva su familia - con géneros muy concretos: bodegones, paisajes, desnudos femeninos, niños y niñas, viejos, mendigos, frutas, peces...Se podría hablar también de series, tal es la insistencia de un mismo motivo a lo largo de su vida artística.

Últimos homenajes

Del 16 de diciembre de 2011 al 19 de febrero de 2012, cuando se cumplían los 25 años de su fallecimiento, para recordar su figura y toda su obra, se organizó en el Centro Cultural de la Diputación ourensana, del edificio Simeón, una exposición retrospectiva compuesta por un centenar de cuadros y dibujos, con su temática habitual de paisajes y retratos. Durante dos meses, en dos salas expositivas, los ourensanos pudieron disfrutar de parte fundamental de su obra pictórica, con piezas procedentes de fondos institucionales y colecciones públicas y privadas, además de cuadros que su familia cedió para esta ocasión. La Diputación de Ourense editó un catálogo ilustrado, coordinado por la comisaria de la muestra Mercedes Rozas. En abril de este mismo año de 2011, la Fundación Ogando, con sede en la plaza del Trigo nº 3, recibió el legado de Prego de Oliver, cedido por la familia del pintor, con el fin de que lo custodie y lo exponga.

Con motivo del centenario de su nacimiento, en 2015, se presentó un proyecto multidisciplinar sobre su obra, para realizar tres exposiciones en las salas del Museo Municipal de la calle Lepanto, la sala del antiguo Banco de España y el Centro Social de Caixa-Ourense en la Plaza Mayor. La coordinadora del equipo de trabajo fue Eva Torres, y los comisarios de las exposiciones Natalia Figueiras y el profesor y crítico de arte Xavier Limia de Gardón. La organización de las tres muestras, con los títulos de "El taller: espacio de creación y materialización plástica. Su obra inédita", "El óleo como materialización de su plástica" y "Del boceto a la obra gráfica", con un total de 400 obras expuestas, corrió a cargo del área de cultura del ayuntamiento ourensano, contando con una ayuda de la Consellería de Cultura de la Xunta. En el catálogo se recoge aquello tan expresivo de Prego: "el cuadro para mi es una cosa viva y la materia, la forma de hacerlo vivir; la calidad de la materia determina la vida del cuadro mucho más que la forma". La comisaria llegó a decir sobre el proyecto que es "el estudio de la obra de Prego desde un punto de vista novedoso, un punto de vista científico, en el que se estudiará también la materia de forma analítica, cuales usó y sus soportes".

Además de los completos catálogos editados con motivo de las numerosas exposiciones realizadas de su obra en diversas localidades españolas y del extranjero, se publicaron varios libros y monografías sobre su vida, su obra y su arte. Entre ellos, queremos destacar los siguientes: A pintura relixiosa de Manuel Prego de Oliver, escrito por Enrique Bande Rodríguez, profesor de historia del Instituto del Posío, y editado en 2011 por la Diputación Provincial ourensana; Manuel Prego: su obra, de la autoría del especialista en arte José Manuel García Iglesias, editado por la Fundación Pedro Barrié de la Maza en 1989; y Prego, monografía editada por la Diputación de Ourense en 1985, una obra muy interesante en la que se recogen textos y artículos del escritor Torrente Ballester, de Carlos Casares Mouriño, del profesor de la universidad de Barcelona y galleguista Basilio Losada, de Domingo García Sabell, de Álvaro Cunqueiro, del profesor ourensano José Luis López Cid y del propio Manuel Prego.

Su excelente obra pictórica, gran parte de la cual se conserva en nuestra ciudad, es un grande orgullo para todos los ourensanos y ourensanas, que, por lo menos, la podemos seguir llamando en palabras risquianas como la "Cidade dos Artistiñas".

(*) Educador Social y Animador Cultural.