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Tribuna libre

Perdón en la tierra y no en el cielo

Las misas y homilías para pedir perdón puede que estén bien para los participantes en el acto eclesiástico pero de poco le sirven a los perjudicados por la soberbia , la desfachatez , la hipocresía y la educación del párroco de la parroquia del Carmen de Moaña. Quizás pueda servir para aquellos vecinos y visitantes cuando después de la ofrenda al lado del Fisgón les daba la bendición diciendo a continuación " ya os podéis ir a tomar cafe". Quizás el pedir perdón en ese acto sea una reconciliación personal suya, pero con mi perdón que no cuente por las barbaridades cometidas en la procesión del Carmen. Es posible que desde allí arriba le hayan perdonado, pero personalmente yo prefiero el pedir perdón aquí en la tierra antes que al cielo por la gravedad de los momentos que ocurrieron.

Mi personal opinión, dado la gravedad de lo acontecido, es que tendría que pedir perdón a quienes faltó al respeto con sus actuaciones y palabras. Mi cabreo, como el de cualquier marido y padre de familia, es que su familia se merece todo el respeto. Máxime cuando a la que le llamó yonqui (toxicómana) es tu propia hija, a quien con malos modales desplazó sin miramientos es tu propia esposa y a bordo del barco del cual son en parte dueños del mismo. Es de suponer que seguramente él ni siquiera supiese quienes eran: eran personas que estaban en la procesión, como personas afines a la Virgen del Carmen, igual que las demás, y se merecen todo mi respeto sean quienes sean las personas. Igual que aquellas que están esperando para ver la ofrenda marítima por todos aquellos marineros fallecidos. Fue la gota que colmó el vaso en mi conciencia de esta persona durante toda la travesía marítima. No fue ni es capricho personal mío el denunciar su comportamiento en toda travesía marítima.

Ahora bien, cuando se mete con mi propia familia la cosa cambia en todo. Primero porque la defenderé a muerte; segundo porque no es el comportamiento normal de un párroco el actuar de semejante forma; y tercero por despreciar a los demás con su actitud por su relevancia ante todos aquellos que creemos en nuestra Virgen del Carmen.

Creo en el perdón, pero primero aquí en la tierra y luego lo que venga. Tiene que pedir perdón primero a quienes les faltó el respeto personalmente y públicamente a todos los vecinos por sus palabras y comportamiento. No basta con disfrazarlo en una misa a la que acuden aquellos fieles a escucharle decir cuatro palabras y que nadie le pueda replicar y decirle cuatro palabras en la cara, de persona a persona y así uno se quedaría o no satisfecho con ello.

Personalmente lo intenté denunciándolo ante el Arzobispado de Santiago, pero creo que son de la misma condición y así no hay nada que hacer. Desgraciadamente en Moaña ya sabemos bien cómo actúan en caso de conflicto. Me encontré con la paradoja de si denunciarlo públicamente o no y espero que comprendan mi frustración al no recibir contestación alguna. Pero hay algo que no me quitará nadie: mi Fe y mi Devoción por mi Virgen del Carmen. SALVE REINA DE LOS MARES.

*Portavoz de Coalición por Moaña (XM) y bateeiro

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