Hace escasamente un mes ha cambiado el Gobierno de España. Una de las primeras decisiones que ha tomado el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido la de llamar al Presidente de la FEMP, Abel Caballero, para sentarse a dialogar con las corporaciones locales, simultáneamente a las Comunidades Autónomas.

Es la primera vez en 40 años de vigencia de la Constitución que los ayuntamientos serán escuchados en pie de igualdad con el resto de las administraciones territoriales. Se abre un nuevo tiempo para Vigo y para todos los ayuntamientos de España.

El Presidente de la FEMP y alcalde de Vigo -uno de los municipios más saneados de España-, ha venido reivindicando el papel trascendental de los ayuntamientos en el mapa territorial español.

Conocida ha sido su lucha para que los ayuntamientos ejerzan su autonomía y puedan reivertir el superávit de las entidades locales en políticas para los ciudadanos. Conocida también su reivindicación de la autonomía local y del papel destacado que los municipios deben desempeñar en póliticas próximas en materias tan sensibles como la educación, la sanidad o los servicios sociales. Ha ido incluso un paso más allá reclamando una reforma constitucional que refuerce a los gobiernos locales.

El Alcalde de Vigo se ha sentado estos días con la Ministra de Política Territorial para trasladarle la importancia de que los gobiernos locales recuperen competencias perdidas con la reforma local del Partido Popular. Servicios sociales, educación, empleo, en definitiva, políticas públicas que cambian la vida de los ciudadanos.

Los datos y los hechos avalan ese objetivo. Las entidades locales españolas son las únicas administraciones públicas que han cumplido con los objetivos de estabilidad. Su contribución a la reducción del déficit público ha sido determinante para superar la terrible crisis económica que ha asolado nuestro país.

Desde 2012 el conjunto de las corporaciones locales ha generado un superávit acumulado de casi 26.000 millones. El sector local asume en torno al 13% del gasto público y, en cambio, representa tan sólo el 3% de la deuda pública. La deuda del Estado o de las Comunidades Autónomas es infinítamente más elevada que la de los municipios. Es decir, las administraciones más endeudadas, las menos cumplidoras, son las que tutelan, fiscalizan e imponen reglas a las más saneadas.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal califica de notable el comportamiento de los ayuntamientos ante las variables de regla de gasto, estabilidad presupuestaria y nivel de deuda.

Pero a pesar del buen comportamiento de la inmensa mayoría de las corporaciones locales, que han sido fundamentales para seguir prestando servicios públicos de calidad en tiempos muy difíciles, las entidades locales han sido injustamente estigmatizadas por el Gobierno del Partido Popular.

La respuesta del Gobierno de España a este comportamiento ejemplar de las administraciones locales ha sido la asfixia, la retirada de competencias, la tutela y la invasión de la autonomía local.

Los ayuntamientos son las administraciones que les ponen rostro, nombre y apellidos a los problemas de los ciudadanos. Saben que sus necesidades no pueden esperar. Les dan respuesta y lo hacen de forma eficaz y eficiente, a pesar de tener unas competencias propias cada vez más limitadas, a pesar de ejercer competencias propias sin apenas recursos, a pesar de la urgencia de ser la primera puerta y, a veces, la última puerta para los ciudadanos.

Los ayuntamientos son el último refugio a donde acuden las personas en busca del amparo que da la cercanía.

Manos que se tienden como botes salvavidas. La política de la mano próxima tendida como único afán. Tejer y tejer hilos de esperanza. Eso son los ayuntamientos.

El Presidente de la FEMP, Abel Caballero, hablará con el Presidente del Gobierno de los ayuntamientos, de su papel nuclear, hablarán de los ciudadanos, hablarán de sus problemas. Abrirán un nuevo tiempo. Eso se llama esperanza.

*Licenciada en Derecho

Técnica de Administración