El martes 10 un pesquero de Vigo, el Dorneda (Freiremar), se hundió a 308 millas de Comodoro Rivadavia (Argentina) con 27 tripulantes a bordo. Uno sigue desaparecido, hay un fallecido -ambos de nacionalidad peruana- y 25 rescatados "en buen estado". Cinco son gallegos. Fueron rescatados y van a bordo de los pesqueros Beagle 1 y Farruco, que se prevé que lleguen a los puertos de Mar del Plata y Montevideo, respectivamente, este domingo. El primero, que lleva a cuatro de los cinco españoles, tenía que haber atracado el viernes, pero sufrió una avería en los motores y tuvo que ser asistido por la corbeta ARA Espora, de la Armada Argentina. Así que las familias, que contaban con hablar con los suyos hace dos días, han tenido que esperar. No lo han hecho desde el siniestro, del que se enteraron por FARO, que lo avanzó en su edición digital a media mañana del miércoles. Ni las nacionalidades del desaparecido y el fallecido, el estado de los supervivientes, los puertos de destino, el percance de los motores del Beagle 1... lo supieron las familias de forma directa; lo leyeron primero. Así lo han manifestado ellos mismos. Jorge Frías, secretario general de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, ha ofrecido -a través de este periódico- los medios de sus delegados en Mar del Plata para que la comunicación con Galicia se produzca "en cuanto lleguen a puerto".

No tendría que ser necesario. Con medios de comunicación vía satélite y la asistencia de un buque de la Armada -entidad que facilitó casi toda la información a FARO- cuesta entender que una familia tenga que esperar al menos cinco días para hablar con un familiar que sufrió un naufragio y pasó cinco horas en una balsa a 500 kilómetros de tierra. Que tengan que pedir ayuda a una periodista para saber dónde y cómo están los marineros. No es la primera vez que sucede, ni que en el sector se reclame una actitud distinta de armadoras y administración para que una familia no tenga que enterarse de la muerte de uno de los suyos -no ha sido el caso para los tripulantes gallegos- por un periódico. En espera del desembarco del Beagle 1 y el Farruco, las tareas de búsqueda del tripulante desaparecido continúan en la zona del naufragio, con escasas esperanzas de encontrarlo con vida tras hallar una balsa vacía el jueves.