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Joaquín Rábago.

Piketty acusa a Macron y Merkel de miopía

Las propuestas para la reforma de la eurozona del presidente francés y la canciller alemana se quedan cortas y solo demuestran la "miopía y el egoísmo nacional" de ambos. Tal es el duro veredicto del economista francés Thomas Piketty, conocido sobre todo por sus tesis sobre el alarmante crecimiento de la desigualdad en todo el mundo (1).

Ni Emmanuel Macron ni Angela Merkel parecen conscientes de la magnitud de la crisis que atraviesa Europa, afirma Piketty en declaraciones al semanario alemán Die Zeit. "Son víctimas ambos del mismo espejismo: creen que a sus países no les va mal y que no les afectan los desvaríos del Sur. Pero se corre así el peligro de que termine estallando todo", advierte.

El economista francés critica el que califica de "minipresupuesto" para inversiones en la eurozona, que supondrá menos del 1 por ciento del PIB de ese espacio económico. Y le preocupa además que ni siquiera se diga nada de futuros impuestos para financiarlo, lo que lleva a suponer que se se reciclará a través del nuevo presupuesto. Tampoco le gusta a Piketty la propuesta de crear un Fondo Monetario Europeo a imagen y semejanza del Fondo Monetario Internacional porque funcionaría con opacidad, al margen del Parlamento. "Es muy triste, sostiene, que treinta años después de la caída del comunismo, Merkel y Alemania muestren tal preferencia por el gobierno de la burocracia y la falta de transparencia".

En cualquier caso, el plan franco-alemán no tiene para nada en cuenta "las necesidades de la Europa del Sur", a la que los países del Norte llevan años acusando de querer solo su dinero. Creen los segundos que si los pueblos mediterráneos trabajasen y exportasen como hacen alemanes y holandeses, todo se resolvería.

"Es una argumentación, critica Piketty, tan aberrante y nacionalista como las promesas del Frente Nacional francés o de la Lega italiana". "Nadie en este mundo sería capaz de absorber un superávit comercial de toda Europa que equivaliese al que tiene actualmente Alemania", explica.

Frente a las propuestas de París y Berlín, Piketty relanza la idea de un impuesto que gravase las mayores fortunas en la eurozona y que podría suponer ingresos del orden de entre trescientos y cuatrocientos mil millones de euros. La mitad de ese dinero se les podría devolver a los países para ayudar a reducir los costes laborales no salariales de los trabajadores de los escalones medio y bajo. La otra mitad del dinero recaudado por el fisco se destinaría a inversiones en universidades, investigación, energías renovables y grandes infraestructuras.

Todo ello tendría que estar supervisado, afirma Piketty, por un Parlamento totalmente independiente e integrado por miembros de los Parlamentos nacionales porque esto le daría la máxima legitimidad.

(1) Tesis expuestas en su libro "El capital ene siglo XXI"

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