Pues la verdad es que, visto lo visto, pocos dudarán de que la decisión de Competencia para investigar el extraño caso de los precios del gasoil en Galicia podría anotarse como el primer prodigio del nuevo Gobierno central. Y no porque exista una relación de causa a efecto, que no ha habido tiempo para que los recién llegados gasten los sillones, sino porque aún resultando una coincidencia, resulta afortunada para el señor Sánchez y, en función de que la pesquisa se haga y de su resultado, quizá también para los consumidores que habitan estos Reinos.
Los escépticos, que nunca faltan, replicarán que tras varios años de denuncias e inacción administrativa -incluyendo la de la Xunta, que anunció medidas pero no las aplicó o, cuando la hizo, resultaron un sonoro fracaso- los que infringieron las reglas ya han recogido el fruto de sus trampas y que les quiten lo bailado. Y tendrían razón aunque los sancionen si el castigo no sobrepasa en cifras las cantidades que se embolsaron en beneficios los infractores. Y aunque habrá que esperar. si la sanción es tan puntual y "adecuada" como la investigación, vaiche boa.
En este punto, y dicho sin mala intención, procede preguntar -por ejemplo- si en lo que anuncia Competencia se incluirá algún tipo de informe sobre el llamado "céntimo sanitario" en Galicia, que ni es céntimo ni se destina sólo a paliar los costes de la salud pública. Una pregunta que no tiene que ver con la legalidad de ese recargo, que se supone, sino con el hecho de que ha servido de excusa para justificar la diferencia de precios. Y eso sí que resulta procedente en Galicia cuando se recuerda que lo hay en otras comunidades pero sólo en esta ha servido de coartada para justificar lo que en principio es injustificable.
Dicho todo lo anterior, el prodigio de que Competencia actúe antes de que se deshiele el Ártico merece ser acogido con una ovación generalizada, porque en vísperas de que don Pedro Sánchez acelere sus gestos en pro de la urgencia social y aumente los impuestos del gasoil y por tanto suban los precios, asusta pensar en lo podría ocurrir en el IPC si se hiciese sólo en Galicia y con el nivel de tarifas como hasta ahora. Especialmente si, y no está de más insistir en ello, el Gobierno autonómico mantuviese, en la práctica, si liberal "laissez faire, laissez passer".
En el fondo, está visto que no hay suerte. Porque cuando Competencia espabila, su anuncio coincide con ese otro del alza impositiva, lo que confluye -a destiempo, pero sí- con el hecho de que la Xunta tampoco se esforzase demasiado en averiguar qué ha estado pasando. Y no valdría una excusa que alegase la falta de competencias, porque otras ocasiones hubo con causa diferente y nunca se la cogieron los conselleiros del área con un papel de fumar tan fino. Lo que no genera desde luego sospecha alguna de complicidad, pero sí, por supuesto, de desinterés.
¿ O no??
