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Hábitos y rutas de Pedro Sánchez

La habilidad para la propaganda del nuevo presidente del Gobierno

Comencemos por un análisis de estilos. Cuando a finales de diciembre de 2011 Mariano Rajoy fue investido Presidente del Gobierno no fue conocido el nombre de uno solo de sus ministros hasta el momento en que informó de la lista de los mismos al Rey. Pedro Sánchez, al contrario, fue dándolos a conocer en un goteo continuo. Cuando Felipe VI tuvo constancia oficial del nuevo Ejecutivo ya conocía la nómina completa. Paralelamente, la propaganda del socialista ha sido acogida con entusiasmo por todos (subrayo, todos) los medios. El silencio en aquellas fechas del conservador provocó una irritación notable en la totalidad de los medios, incluidos los más próximos a la derecha.

(Por cierto, la renuncia de Rajoy a todos los derechos inherentes a su condición de expresidente apenas ha producido comentarios ni en las redes sociales ni en prensa, televisión o radio. Cuestión de estilos, el de Rajoy y el de la sociedad española).

Esa habilidad para la propaganda, ese tener como objetivo fundamental de la acción política la propaganda, con contenidos o sin ellos, define la esencia política del PSOE de Sánchez. Un ejemplo destacable: el Presidente ha encontrado su Irak en el "Aquarius". Al modo de Zapatero, su primer acto de Gobierno ha sido un golpe de efecto que el Presidente toma en solitario y que comunica en solitario, sabiendo que su decisión ha de tener una favorable acogida emocional, en primer lugar entre su parroquia, secundariamente en otros sectores de la población española. Porque para entender lo que significa esa decisión sobre el barco de la ONG hay que recalcar que esos mismos días estaban llegando a España en pateras varios miles de migrantes, a los que no se recibía con el despliegue de trompetería e imágenes con que se acogía a los llegados a Valencia.

Esa actitud propagandística se completa con las declaraciones posteriores de Borrell y otros ministros en las que manifiestan que la recepción de esos migrantes por esa vía es un hecho excepcional que trata de obligar a la Unión Europea a tomar una mayor implicación colectiva en la acogida de los mismos. ¡Como si no supiesen de sobra que las cosas caminan ahora en una dirección contraria en toda Europa, y que la emigración se ha convertido en un problema de primer orden para ciudadanos y gobiernos! Pero de la emigración y la demagogia y la palabrería al respecto, como la del padre Ángel, pidiendo que vengan más emigrantes que se les puede dar a todos casa y trabajo, habrá que hablar con seriedad otro día.

En cuanto a otros aspectos de su Gobierno, se va cumpliendo aquello que anuncié el domingo 3 de junio: un poco (o un mucho) de franquismo y Guerra Civil, algo de ecología y medio ambiente, un tanto para los grupos sociales de izquierda con más capacidad de movilización, y mucho uso de la palabra diálogo. En lo demás, en lo relativo a los temas económicos se anuncian medidas "sociales", pero sólo cuándo o como se pueda, y subidas de impuestos.

Por lo demás, don Pedro maneja con absoluto desparpajo la mentira, los silencios y la propaganda de su persona. Sus apariciones ante los medios son singulares; sus ruedas de prensa, sin preguntas; las entrevistas en televisión se producen sin réplicas ni precisiones del entrevistador; sus "sorprendidos" posados en la Moncloa, hagiográficos. Y ningún pudor: ¿Se habían prometido elecciones inmediatas? Pues ya no. ¿Reforma del sistema de financiación autonómico? Tampoco. Y así irá ocurriendo con muchas otras aseveraciones anteriores.

Y ahora, rían o lloren. Ellos, en cualquier caso, permanecerán genuflexos, en primer tiempo de vasallaje.

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