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Ilustres

Bicentenario de la muerte del Cardenal Quevedo (1818-2018)

Con sentimiento y emoción se asentó la partida de defunción del Cardenal Quevedo en el libro de difuntos de Santa Eufemia (AHDOURENSE 30-9-23): "(Al margen): El ilustrísimo, Excelentísimo y Eminentísimo señor Pedro Quevedo y Quintano obispo de esta ciudad cardenal. En 31 de marzo de 1818 se dio sepultura al cadáver del Eminentísimo señor don Pedro Quevedo y Quintano cardenal de Roma y obispo de esta ciudad en la Santa Iglesia catedral de esta, que había muerto el 27 del mismo mes habiendo salido a pasear el 26 del mismo, dio su muerte grandísimo sentimiento a todos los buenos españoles por ser su muerte una pérdida grandísima para España pues a él se debía acaso la redención del reino y el establecimiento del rey don Fernando VII a su trono; ha sido regente del reino y los liberales y fracmasones por no les convenir sus santos pensamientos le desterraron privándole no sólo de sus rentas sino también del nombre de español pero ni por eso el Santo Obispo se acobardaba pues por escrito desde su destierro publicaba la verdad animando a los españoles y confortándoles en la fe, defendiendo el honor del rey, la paz y sobre todo la religión y luego que el monarca se restableció se empeñó en hacerle arzobispo de Sevilla y el nunca consintió a pesar de muchas gestiones que le hizo el rey y Consejo y cómo su majestad conociese el gran mérito de este obispo discurría cómo premiarle y él todo lo despreciaba, empeñose Su Majestad en hacerle caballero gran Cruz del orden de Carlos III y por complacer a Su Majestad aceptó después de muchos ruegos, le viene por último el capelo de presbítero cardenal de Roma y apenas había un año de su posesión entregó su alma al creador con el Miserere en la boca. Vino a su entierro el ilustrísimo obispo de Lugo muchos monjes Bernardos de Osera y Benedictinos de Celanova y San Esteban, muchísimos curas y tantos sacerdotes del obispado. Salió en procesión por la plaza mayor, Rúa nueva, fuente del rey, Rúa de San Miguel, plaza del fierro, Rúa del Cristo, lamentándose toda la ciudad y especialmente la pobreza, estaban las calles llenas de gentes todos cogieron del Obispo lo que podían para reliquias esperando llegase a canonizarse, por tanto corazón y ropas todo se dividió para dicho fin. Cantó la misa de pontifical el ilustrísimo de Lugo y para que conste lo firmó como cura en vacante en esta parroquia de Santa Eufemia la Real de Orense, fecha ut supra don Pedro Pérez Rivera".

Oración fúnebre

Finalmente añadir que la Oración fúnebre, hermosa pieza llena de afecto y de gratitud que pronunció Don Juan Manuel Bedoya, se publicaría el mismo año 1818 en Santiago. La ficha de este interesante impreso del CCPB es Oración fúnebre a la buena memoria del Eminentísimo Sr. D. Pedro de Quevedo y Quintano ... Obispo de Orense ... / que dixo Juan Manuel Bedoya. Santiago : [s.n.], 1818 (Imp. de Juan Bautista Moldes) 44 p. 20 cm.

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Fe de erratas: en el artículo publicado el domingo sobre el Cardenal Quevedo, aparecía una foto del entonces obispo de Lugo, José Antonio Azpeitia, sede con la que estaba hermanada la diócesis de Ourense.

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