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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

A "Pikachu" le sube la fiebre

La gente vuelve a buscar "Pokemons" en los móviles por pura distracción. Es lo mejor para entretenerse cuando falla lo esencial a su alrededor y olvidarse de las preocupaciones de salud. Está visto que quejarse no vale para nada aunque salga todo el pueblo a la calle en un clamor por un derecho básico como es la protección de la salud, recogido en el artículo 43 de la tan invocada Constitución Española desde la aplicación de las medidas excepcionales en Cataluña (155) y la moción de censura a Rajoy (113).

Quizá así, si los ciudadanos espetan ese paradigma de la CE de 1978 alguien se dé cuenta de que si lo incumple puede llegar a tener responsabilidades penales. Teixeiro y A Lama están cerca sin buscar hueco en las celdas en Estremera o de Soto del Real.

Los arousanos merecen igualdad de trato -¡es verdad!, a él se refiere el artículo 14 de dicha Carta Magna-, pero el Sergas y la Gerencia del Área Sanitaria mantienen la provocación constante.

Que alguien pide una UVI móvil para O Salnés para salvar la vida de los infartados, pues que se olvide; que hace falta personal para el Hospital do Salnés, pues ¡hala! a suprimir plazas; que se necesita modernizar el centro de salud de San Roque en Vilagarcía, se mira hacia otro lado. Y ahora vienen conque el centro de salud de Cambados cerrará por las tardes durante todo el verano. ¡Qué más da! Que se preparen los vecinos, porque la administración pública no va a permitir tamaña provocación. ¿Cómo osan salir a la calle en manifestación aunque venga en el artículo 21 de la mentada Carta Magna?

Porque el Sergas prefiere las nuevas tecnologías, sin reparar en costes. La última una maquinita expendedora de tickets, gasto que se justifica en la tan socorrida Ley de Protección de Datos y que entrega al paciente un código cifrado para que le atiendan en la consulta, como si le apeteciese hacer jeroglíficos cuando le sube la fiebre.El caso es que el enfermo, con esa combinación de números y letras, protege tanto su identidad que seguro va a perder el turno y ni siquiera estará atento a cuando el médico salga a la puerta y grite su nombre. Y mientras el paciente espera capturar a "Picachu" en la dichosa maquinita, que en definitiva es al que le sube la fiebre.

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