La elección del nuevo rector de la Universidade de Vigo, Manuel Reigosa, no ha sido un asunto escondido tras los muros de la institución. La influencia de este rector con perfiles académicos propicia las condiciones más favorables para la gestión y en general para la gobernabilidad institucional. Estoy seguro de que tomará el testigo del buen nivel de calidad universitaria, para redefinir con nueva altura de miras su relación con el mundo de la empresa y su proyección intelectual en la sociedad. Existe un renovado horizonte académico que permitirá al nuevo equipo rectoral conducir a esta Universidad a apostar por la transferencia del conocimiento entre la UVigo y la sociedad institucionalizada.

Es sabido que el porvenir del país depende en gran medida del tipo de formación de la juventud, porque ella es el mejor motor de cambio para el futuro de la comunidad. La Universidad tiene un papel determinante como inteligencia colectiva en la sociedad, como generadora de ideas, crítica e impulsora del avance social. La UVigo tiene excelente calificación entre las mejores universidades a la vez que es un referente en investigación de calidad y docencia. Ejemplo de esa labor pionera es la investigación de procesos de última generación en la vanguardia de la aeronáutica de Europa, cuyo centro tecnológico de innovación y desarrollo para el sector aeroespacial es colaborador de la Agencia Espacial Europea.

Por el contrario el viejo proyecto neoliberal, además de intentar desangrar las universidades públicas con la reducción del gasto y falta de inversión en formación e investigación, asaltó distintas parcelas académicas para convertir la Universidad en fábrica de másteres y títulos de prestigio, cuya legitimidad es utilizada en la selección de cargos en ciertas compañías e instituciones. Vienen tiempos difíciles para estas viejas tramas corruptas que supieron comerciar y falsificar titulaciones, como el máster de Cristina Cifuentes. Quienes como ella utilizan una titulación como arma de destrucción masiva ignoran que el conocimiento es la mejor llave de la libertad y la sabiduría, los títulos no.

Aunque muchos de los grandes empresarios no son universitarios, saben que la universidad es el principal centro de la sociedad en donde se genera la mayor variedad y cuota de conocimiento, cuya generación se convirtió en una necesidad fundamental para las empresas innovadoras con el desarrollo de nuevos procesos. Para lograr la vinculación de la universidad y la empresa se requieren estrategias que favorezcan dicha actividad. Todo indica que el recién elegido equipo rectoral está dispuesto a trazar las líneas del nuevo modelo de gobernanza de la Universidad, ignorando cualquier frontera que impida poder trabajar por el conocimiento y la investigación, creando inéditos itinerarios y aspiraciones que puedan construir nuevos convenios entre la Universidad y la sociedad, con rendición de cuentas y transparencia.

*Miembro del Instituto de Estudios Vigueses