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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La cacería

Así que, visto y comprobado que el asunto de los presupuestos generales para 2018 era en el fondo una cacería de cuartos para quien los pueda obtener -y ahí están los casos del PNV y de dos diputados canarios: nunca tan pocos lograron tanto de los que aritméticamente son muchos más- no es de extrañar que se apunten gentes de todos los confines fiscales del país. Y desde luego entre ellos los municipios, que si bien no votan en el Congreso si lo harán en la especie de primarias para las generales que se anuncian para junio del año que viene.

En ese sentido, pues, nadie debe sorprenderse de que haya salido a la palestra -en una reciente entrevista con este periódico- el alcalde de O Barco y presidente de la Fegamp, don Alfredo Iglesias. Que es un hombre inteligente y reflexivo, pero que barre para casa -o sea, la Federación Galega de Municipios- y por tanto se apunta a la cacería, de euros y de votos. Y. desde el punto de vista de quien escribe, tiene razón en bastantes cosas de las que dice pero no en todas; algo normal, ya que si acertase un pleno sería un excelente candidato de su partido, el PSOE, a la Xunta.

A partir de ahí, cabe una leal discrepancia con lo que don Alfredo dice acerca de la devolución de los impuestos de plusvalía mal cobrados cuando se aplicaron en operaciones con pérdidas. Algo que el Tribunal Constitucional ha dictaminado con toda claridad, aunque los municipios, apelando al necesario desarrollo pleno de la sentencia, están demorando bajo la excusa de que hay dudas de procedimiento. Pero el señor García sabe que sólo se trata de ganar tiempo para introducir eso que él mismo declara: un debate sobre quién ha de devolver lo indebidamente cobrado.

Desde la lógica -que no siempre puede aplicarse en el mundo de las administraciones, y que, con la venia del presidente de la Fegamp, en la municipal resulta especialmente difícil-, podría afirmarse que quien ha de devolver es el que ingresa indebidamente antes que el titular de la recaudación, matiz complejo de entender sobre todo para los "paganos". Pero que es un hecho en todo caso: las arcas donde ingresan los dineros de las plusvalías en disputa son de los concellos, que no pueden alegar ni siquiera aquello de "Santa Rita, lo que se da no se quita".

Hay otra reflexión que hacer, con el permiso de don Alfredo. Y es la de que quienes han abonado un impuesto mal aplicado, e indebidamente ingresado en las arcas municipales, son los ciudadanos. O sea, entre otros, los mismos que además contribuyen con el IRPF, Patrimonio, IBI, tasas, arbitrios y demás instrumentos de "tortura" fiscal a las cuentas públicas de las que la federación quiere que se abone lo que los Tribunales obligan a devolver. Y por más que suene a demagogia, tal actitud implica el concepto de la doble imposición, que no está muy bien visto, y lo que es peor aún, un abuso sobre el contribuyente. De ahí la discrepancia que, en todo caso, se expone desde el absoluto respeto a quienes no la compartan.

Conste.

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