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José Manuel Ponte

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José Manuel Ponte

El riesgo y la prima

Hubo un tiempo -no sé si más feliz que este- en que los noticiarios nos abrumaban con los vaivenes de la prima de riesgo. Sobre todo cuando se disparaba hacia arriba como si fuese un indicador de la tensión arterial. Casi nadie sabía -excepto los expertos en materia económica- lo que era la prima de riesgo, pero todo el mundo había llegado a la conclusión de que si pasaba de cierto nivel la catástrofe financiera se produciría y el país entero tendría que ser rescatado por las autoridades europeas que nos impondrían un remedio de caballo para sacarnos de la ruina.

En aquel tiempo (año 2012 y gobernaba Rajoy) la prima de riesgo llegó a alcanzar 612 puntos básicos y nos íbamos a la cama con la misma aprensión que experimenta el familiar de un enfermo en estado comatoso al no saber si ese ser querido se mantendrá con vida al día siguiente. En realidad, vivíamos en el más profundo de los desconciertos, ya que nadie se explicaba cómo habíamos pasado (año 2006 y gobernaba Zapatero) de estar a la par, y aún por debajo, del bono alemán, a estar al borde mismo de la quiebra. Luego, vinieron unos años de durísimos recortes sociales, se produjo una devaluación generalizada de las condiciones de vida (ya que no puede devaluarse el euro en un solo país) y las finanzas comenzaron a recuperarse. Y con las finanzas, la prima de riesgo que ahora ya sabemos que es "la diferencia entre el interés que se pide a la deuda emitida por un país cuyos activos tienen mayor riesgo respecto de otro libre de riesgo y con los mismos vencimientos" (por ejemplo, Alemania). O dicho en otras palabras, "es el sobreprecio que hay que pagar para financiarse en el mercado".

Digo lo que antecede porque ha vuelto a hablarse estos días de la prima de riesgo a propósito de la presentación de una moción de censura contra el presidente Rajoy por parte del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. La censura tiene, salvo sorpresa, pocas posibilidades de prosperar dada la dispersión del voto y los intereses irreconciliables entre las diversas facciones de la oposición, pero se interpreta como una forma de visualizar el reproche del resto de las fuerzas políticas a un dirigente acosado por sucesivos casos de corrupción respecto de su partido y de notables personajes vinculados con él.

¿Es esa teatralización parlamentaria motivo suficiente para que suba la prima de riesgo? La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, cree, un tanto oportunistamente, que sí, y alega una supuesta inquietud entre las autoridades europeas y los mercados, para justificarla. Aunque no faltan expertos que ligan esa subida con la crisis política italiana y los intereses cruzados de la banca española en ese país. Mientras esa incógnita se despeja, llegan buenas noticias para el atribulado Rajoy, ya que el presidente independentista de la Generalitat, señor Torra, ha aceptado desbloquear la formación de su gobierno nombrando consejeros a personas libres de responsabilidades penales. Era lo que el Gobierno del Estado le exigía para levantar la intervención que amparaba el artículo 155 de la Constitución Española.

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