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¿Bicis por las aceras? No, gracias

Esto lo dicen las personas que llevan años usando la bicicleta para desplazarse por Pontevedra e involucradas en el desarrollo de esta forma de movilidad sostenible, saludable y segura. No viene de personas que quieran eliminar a la bicicleta de nuestras calles o estén obsesionadas con los coches, la altura de los pasos sobre elevados o la velocidad a la que se debe circular. La actual invasión de las aceras por parte de las bicicletas y la sobre actuación municipal, en lo que parece la propuesta estrella de la futura ordenanza de movilidad de limitar a 5km/h la velocidad de las bicicletas en la zona de prioridad peatonal, es fruto del modelo urbano, donde la bicicleta tiene consideración de un vehículo más sin entender que carece de motor y tiene un peso medio de 12kg, por lo que no es asimilable a un automóvil de 1500kg y 110cv de potencia por riesgo a la vida causado.

Así, queriendo aprovechar las aceras para paliar los problemas del modelo urbano y poniendo en el disparadero el conflicto peatónciclista incívico, se ha llegado a querer limitar la velocidad a 5km/h en todo el ámbito de preferencia peatonal, y en Pontevedra eso realmente es matar el uso de la bicicleta, ya que la misma desplazándose a velocidad de peatón solo tiene una función, ser el juguete de los niños o un mero pasatiempo.

El origen del problema viene de las "Directrices para la aprobación de las ordenanzas de usos Públicos" aprobada en pleno municipal el año 2009, donde un peatón era lo mismo que un ciclista y donde se exponía abiertamente que la ciudad no necesitaría por lo tanto de carriles bici. Bajo esta premisa se consolidó la reforma urbana, aceras muy amplias donde una bicicleta podía circular a un máximo de 10km/h, zona de prioridad peatonal que estaría limitada a 20km/h con paso restringido a vehículos a motor y calzada con limitación 30 para dotar a la ciudad de una gran seguridad vial. La consecuencia fue que las bicis crecieron en las aceras, porque la calzada no es en realidad 30 y los sentidos únicos mataron los itinerarios ciclistas (Rosalía de Castro, Avenida de Vigo, Médico Ballina y próximamente Loureiro Crespo); la falta de planificación urbana ciclista del modelo trajo el problema y ahora se busca una forma de prohibir el uso de la bicicleta que no lo parezca.

Porque, para cualquiera que sepa usar una bici, ir a un máximo 5km/h en una bicicleta es invitar a no usar la bicicleta en toda la zona vieja, y esto es una cabezonería por no querer aceptar que para la mayoría de los ciudadanos una calle 30 no es un carril bici y una bicicleta no es un peatón.

Por lo tanto, el debate de la futura ordenanza de movilidad, que deberán dirigir los partidos, es el estacionamiento servicios, la prioridad invertida, el calmado de tráfico, el transporte público, la infraestructura ciclista, si los nuevos vehículos eléctricos de movilidad personal pueden circular o no por la calzada 30, si en el centro histórico los vehículos autorizados y bicicletas circularán a un máximo de 20km/h como mantiene la DGT o a un máximo de 10km/h como en Barcelona o recomienda la FEMP, y esperamos que la circulación de bicicletas sobre la acera se limite a menores de edad acompañados o no de sus padres y madres en bicicleta como está recogido en las ordenanzas de movilidad ya aprobadas a nivel nacional.

A la par, ya va siendo hora de que la ciudad de Pontevedra cuente con una mínima red ciclista, que recupere los itinerarios ciclistas eliminados por la reforma urbana, que se señalice correctamente la calzada para un uso seguro ciclista. Todo ello para que todos los ciudadanos podamos usar la bici sin importar edad o condición física ya que a día de hoy la bici en Pontevedra por calzada es un nicho de deportistas y ecologistas convencidos, lejos del concepto de ciudad amable e integradora que ha sido el modelo defendido por la corporación y apoyado por entidades y particulares.

* Presidente de Pedaladas

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