¿Es Israel todavía intocable para los alemanes por culpa de los crímenes nazis? ¿No pueden siquiera criticar la política concreta de un jefe de Gobierno a quien critican incluso muchos de los suyos?
Es la pregunta que hay que hacerse después de que el diario liberal "Süddeutsche Zeitung" despidiese fulminantemente a su caricaturista Dieter Hanitzsch por una viñeta en la que aparecía el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
La caricatura muestra a Netanyahu, exagerando algunos de sus rasgos como es casi obligado en cualquier caricatura, con un micrófono en la mano y empuñando con la otra un misil con la estrella de David mientras grita "El año próximo en Jerusalén".
Aparece el político en medio de un escenario junto a las palabras "Eurovision song contest" y vestido como la ganadora de la última edición de ese festival, quien gritó esas mismas palabras para celebrar que su próxima edición vaya a tener lugar en la ciudad dividida.
A nadie se le escapa que el primer ministro, a quien ha investigado por corrupción la justicia de su país, ha sabido sacar inmediatamente rédito político del triunfo de su joven compatriota en un festival cuya espectacularidad corre pareja con su inanidad.
El diario "Bild", millonario en tirada y conocido por su defensa a ultranza de Israel, publicó una columna de opinión de un viejo historiador de ideología sionista denunciando la caricatura como digna de la revista nazi "Der Stürmer".
Tras el inmediato revuelo originado, el director del "Süddeutsche Zeitung" se disculpó por la publicación del dibujo, algo que se negó, sin embargo, a hacer el veterano caricaturista.
Hanitzsch, de 85 años y con varias décadas de trabajo para ese periódico, defendió su derecho "a criticar la política de Netanyahu, incluso como alemán".
¿Hasta cuándo va a pretender ser intocable por su política un Estado que dispara con fuego real contra civiles y viola continuamente con su política de asentamientos el derecho internacional?
