Ayer presentamos la previsión de consenso del Foro Económico de Galicia sobre el crecimiento de la economía gallega en 2018. La cifra es la que encabeza la columna: 2,9%. Un guarismo que se sitúa por encima de la previsión media del Instituto Galego de Estatística, FUNCAS, BBVA Research y Hispalink (2,6%), pero por debajo del registro que alcanzó Galicia en 2017 (3,1%). Es decir, el Foro considera que 2018 va a ser un año de crecimiento vivo e intenso, aunque algo por debajo de 2017.

Hemos comenzado el ejercicio muy bien, sin señales de desaceleración en Galicia. El primer semestre de 2018 será muy similar al del año pasado. Pero el segundo será algo peor. Hay nubes en el horizonte. Destacaría dos: la escalada del precio del petróleo y la vuelta de tuerca en el escenario político catalán.

Galicia y España son muy dependientes de los hidrocarburos y la subida de los carburantes resta capacidad adquisitiva a las familias y eleva los costes a las empresas. No hay que dramatizar, pero el petróleo barato era un viento de cola que nos estaba ayudando y ahora ha dejado de soplar.

La tensión creciente en Cataluña es una muy mala noticia para la economía española. Las expectativas de consumidores e inversores se ven afectadas por este tipo de situación que, además, condicionan y obstaculizan los procesos de reforma estructural que tanto se necesitan en España. Desgraciadamente, el "seny" ha abandonado a una parte muy sustancial de los catalanes. Pero no a los suficientes como para que se produzca una solución drástica. Un equilibrio de perdedores.

*Director del Foro económico de Galicia