No es fruto de la casualidad ni de un arrebato. La proliferación de cuestiones de política municipal que llegan al ámbito judicial tiene una causalidad con antecedentes poco recomendable, tanto en los legal como en lo ético. Los excesivos desmanes que se comenten al amparo del poder cotizan al alza en los medios de comunicación. E los últimos mandatos en la casa municipal las idas y venidas a la sede judicial fueron una constante. Unos asuntos con mayor recorrido que otros, pero todos ellos de los más reveladores de unas prácticas a combatir. Pues en este mandato, que el alcalde popular, Jesús Vázquez, proclamó que sería el de la "normalidad", la realidad abofetea lo que sólo era un deseo. Y a las pruebas me remito. El portavoz de DO, Pérez Jácome, con un activismo judicial acreditado en el anterior mandato, viene de presentar una triple denuncia: Temas concesiones de servicio en precario; "inacción" ante incumplimientos del pliego por la empresa de la Limpieza, y permitir el aprovechamiento de local público a sabiendas de su "ilegalidad". Pues marcó tendencia, y también decidieron coger camino de la casa judicial y llamar a las puertas de la Fiscalía Ourense en Común, en este caso con el proceso de concesión de los mupis -pantallas digitales-, y las presuntas irregularidades en la gestión del Matadero. Y los socialistas, a través de su portavoz, Vázquez Barquero, manda recado a Jesús Vázquez de que también lo llevarán. Bendita normalidad.