Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Invertir en las gallegas

Ahora con el avance económico en la que las expectativas de crecimiento se están viendo confirmadas, quizás sea un buen momento para abordar un problema peculiar de nuestra economía y más particularmente de la estructura de capital que sustenta la arquitectura financiera de las empresas gallegas.

La inversión empresarial muchas veces no son el resultado de un proceso de inversión a partir de la disposición de recursos financieros previos para ser aplicados a un emprendimiento. La gran mayoría de las veces el capital que sustenta la empresa proviene del acierto de las ideas constitutivas y en un progresivo y sostenible proceso de capitalización empresarial a través de los beneficios que la empresa produce, por tanto, no es, cuando debería serlo, un proceso de inversión financiera de recursos para obtener rentabilidades, como lo seria por ejemplo la inversión en acciones en bolsa o en fondos de inversión.

Esta característica del funcionamiento financiero de la empresa hace que las que han conseguido no solamente sobrevivir, sino desarrollarse a lo largo del tiempo, incluso en varias generaciones en relación con el empresario original, llegan a la situación donde los propietarios sean muy pocos y generalmente estructuras familiares de herederos, donde no todos tienen que ver con las actividades operativa de la empresa.

El capital de las empresas gallegas exitosas, salvo muy pocas excepciones no está a disposición de los inversores que disponen de ahorros o fondos para invertir en búsqueda de rentabilidades financieras, dado que los accionistas existentes, muchos de grupos familiares, no consideran conveniente compartir la propiedad con otros inversores, máxime ahora donde el acceso a la financiación externa es tan accesible, con tipos de interés que aconsejan un mayor apalancamiento.

Por todo ello los propietarios de las empresas disponen de importantes inversiones en capital, pero por el contrario muchas veces tiene nula posibilidad de acceder a la liquidez monetaria que pudiera necesitar o convenir llegado el caso.

Es una cuestión cultural, las empresas gallegas deberían contemplar la posibilidad de poner a disposición de los inversores particulares parte de su capital, reteniendo el control sobre las empresas, pero ofreciendo rentabilidades razonablemente atractivas. Esto provocaría el efecto multiplicador de la riqueza generada por las empresas fortaleciendo de forma no conocida la estructura del capital gallego y se constituiría en un vector estratégico para Galicia.

*Economista

Compartir el artículo

stats