En los últimos días se explicó en FARO DE VIGO que, un año más, las comarcas de O Salnés (Arousa Sur) y Barbanza (Arousa Norte) hacen la guerra (turística) por su cuenta. Es legítimo que cada orilla de la ría defienda lo suyo en materia de promoción y que ambas traten de arrimar el ascua a su sardina. La pregunta es: ¿Es acertado hacerlo así? Como se indicó tanto en este arranque de la temporada de ferias y promociones como en otras ocasiones anteriores, quizás lo razonable y los más recomendable para todos sería apostar conjuntamente por la "marca Arousa", defendiendo a la ría más rica del mundo como un todo.

Quizás lo apropiado sería vender un destino global en el que empaparse de cultura, gastronomía, tradición y todo aquello que se puede ofrecer desde O Grove hasta Ribeira, o desde A Pobra a Cambados, pasando por Vilanova, Boiro, Rianxo, A Illa, Vilagarcía, Meis, Meaño, Ribadumia y, en definitiva, cada rincón de la ría arousana, incluso barajando incluir en ese mismo destino global a los municipios del Ullán.

Dicho esto, solo el tiempo dirá si la estrategia es acertada y si vale la pena, o no, que la orillla coruñesa haga una promoción mientras la pontevedresa hace otra distinta, aunque a veces confluyan e incluso se solapen.

A la espera de acontecimientos, bueno es destacar iniciativas como la planteada ahora por los Ayuntamientos de O Grove y Sanxenxo, que hace casi dos décadas ya caminaron juntos y demostraron que de este modo pueden lograrse grandes cosas. Por aquel entonces desarrollaron el llamado Plan de Excelencia Turística, mediante el cual se invirtió una importante cantidad de dinero en ambas localidades, ejecutando acciones turísticas que, con los años, se evidenciaron altamente positivas.

Cierto es que las reacciones entre ambas localidades se enfriaron. Como también lo es que se estuvieron dando caña durante mucho tiempo, sobre todo cuando Sanxenxo se empeñó en reivindicar la titularidad del istmo y la playa de A Lanzada. Pero a pesar de haberse enfrentado por la gallina de los huevos de oro; a pesar de haber discutido por el semáforo instalado en el propio istmo, y a pesar, también, de que Sanxenxo está gobernado por el PP y O Grove lo está por el PSOE, estos municipios y sus respectivos gobiernos han dado un paso al frente de forma consensuada, haciendo evidente que están condenados a entenderse y demostrando que es mucho más lo que tienen en común que lo que los separa.

Sanxenxo y O Grove suman nada menos que 28.000 habitantes. Esto, unido al hecho de que sean dos referencias en materia turística, confiere un poder indiscutible a este territorio que en esta ocasión les servirá, o al menos eso buscan, para convertirse en "Destino Turístico Inteligente", aprovechándose, por supuesto, del dinero que tiene para repartir el Estado. Y si aprenden la lección no cabe duda de que podrán lograr mucho más en el futuro.