Lo de la Isla de Tambo es el cuento de nunca acabar. Desde hace años se viene hablando de su recuperación popular y su utilización pública pero ahí está, en medio de la ría sin que se sepa nunca quien la visita o quien puede visitarla sin incurrir en problemas. La Escuela Naval Militar que fue la responsable de su conservación, para eso la usaban en beneficio de sus actividades, ya no tiene, en teoría, jurisdicción en el enclave aunque siguen echándole un ojo, de vez en cuando para que no se desmadre la cosa y, el concello de Poio, que tiene la isla en su término municipal, tampoco debe saber muy bien a qué atenerse. La realidad es que Tambo podría ser un recinto magnífico para reclamo turístico porque condiciones tiene para ello y solo hay que visitarla para darse cuenta de su potencial. Según parece, actualmente van por allí personas o grupos en muchos casos incontrolados que, no digo que todos, pero algunos pueden suponer un peligro real para la integridad de la isla a la que, cualquier día y Dios no lo quiera, podemos ver arder desde ambas márgenes de la Ría, como el foleón de San Juan. Ya es hora de que se ponga remedio a esta situación de provisionalidad y que se haga algo para, por un lado, conseguir que la Isla sea un espacio visitable y de disfrute público y turístico y, por otro, que se evite una mala utilización del recinto por falta de control y de seguridad. Pues a ver.
CAMPO DE SAN XULIÁN
