El líder del PSOE propuso ayer en un desayuno informativo la creación de dos nuevos impuestos para sufragar las pensiones: uno a las transacciones financieras y otro extraordinario para sufragar las pensiones. Vayamos por partes.

El sistema de pensiones tiene un problema de financiación que obliga a tomar medidas pronto en el seno del Pacto de Toledo. Las propuestas "ortodoxas" basculan entre financiar una parte de las prestaciones con impuestos generales (por ejemplo, las de viudedad) o eliminar bonificaciones y topes en las cotizaciones sociales. Jugando con ambas posibilidades, debería ser suficiente hasta que los efectos de las reformas aprobadas en 2011 y 2013 se desplieguen en su totalidad.

El sistema fiscal español requiere una reforma en profundidad que mejore su eficiencia, su equidad y su capacidad recaudatoria. Llevamos al menos veinte años aplazando esta reforma. Los grandes partidos deberían trabajar para alcanzar un acuerdo ambicioso en este sentido, que diese flexibilidad para concretar opciones ideológicas tocando tipos impositivos y deducciones, o activando a voluntad figuras impositivas complementarias; pero que, en esencia, sirviese a unos y otros para la próxima década al menos.

Me temo que arreglar un problema en el sistema de pensiones parcheando el sistema fiscal otra vez, creando nuevas figuras ad hoc, al margen de una reforma integral y con recaudación afectada, no es el mejor camino.

*Director de GEN (Universidad de Vigo)