De poco sirven campañas para vender Galicia -como aquel videoclip de Enrique Iglesias que costó la friolera de 300.000 euros- si cuando el turista llega a su principal ciudad se encuentra, nada más bajarse del bus, con cubos de basura, goteras y una moqueta de papeles empapados. Las humedades de la estación son mucho más que un problema de filtraciones; dañan la imagen de Vigo.